Señores profesores y alumnos del Instituto Superior de Ciencias Religiosas
Queridos amigos:
Comenzamos este nuevo curso académico después del difícil curso pasado, en el que hemos tenido que superar las vicisitudes que nos ha impuesto una pandemia que aún dura, a pesar de la mitigación de la misma gracias a las medidas sanitarias tomadas por las autoridades y la vacunación en aplicación que ha ido inmunizando a la población, al menos en gran medida. Para sacar adelante la labor académica, hemos tenido que ensayar y hacernos con los medios que hoy la tecnología pone a nuestro alcance y que, en cierta medida, han ayudado a superar las dificultades planteadas por la pandemia.
Gracias al auxilio de las clases por videoconferencia y la utilización del correo y mensajes electrónicos, combinados con la asistencia presencial al aulario en la medida que lo ha permitido la situación sanitaria, hemos podido llevar adelante la docencia y la dirección tutorial de los trabajos exigidos para la graduación que corresponde a cada curriculum académico. Cuando ahora comenzamos el nuevo curso, damos gracias a Dios, porque la situación sanitaria ha cambiado notablemente, aunque esto no significa que no pueda variar y empeorar de nuevo. Esperamos de la responsabilidad de profesores y alumnos que se tomen las precauciones que en cada momento vayan aconsejando las circunstancias sanitarias.
A pesar de las limitaciones impuestas por la situación sanitaria en el curso académico pasado, hemos llevado adelante no sólo la docencia y el trabajo tutorial que son requeridos en este Instituto Superior de Ciencias Religiosas, sino que hemos sabido mantener el espíritu de superación frente a la adversidad, lo cual ha supuesto un reto moral que hoy nos alegramos de haber superado. No hemos podido, sin embargo, llegar todo lo lejos que de ordinario nos proponemos lograr, en tiempos no perturbados por situaciones no previsibles como la creada por el virus que ha puesto en jaque a toda la humanidad. Así, no nos ha sido posible realizar cumplimentar la programación deseada de la Extensión Cultural, que hemos venido desarrollando en la colaboración con el Centro de Estudios Eclesiásticos del Seminario Conciliar de San Indalecio, ahora ha suspendido su actividad de modo transitorio. Sin embargo, gracias a la colaboración de la plataforma presencial telemática «Moodle», que la empresa «Ofinnet S.L.» de Oviedo ha puesto a nuestra disposición mediante convenio, hemos podido impartir los cursos de Declaración Eclesiástica de Capacitación Académica (DECA), para la necesaria y obligatoria habilitación del profesorado de Religión católica, conforme a la normativa vigente.
La experiencia nos ha permitido mejorar el tenor del convenio, a plena satisfacción para la empresa y para el Instituto Superior de Ciencias Religiosa, cuyo promotor es el Obispado de Almería. El nuevo convenio fue firmado el 24 de mayo de 2021 y esperamos que a su amparo siga ofreciendo unos cursos, cuya edición interesa a tantos profesores que necesitan esta habilitación, que la Iglesia Católica exige normativamente para la impartición de la enseñanza de Religión católica. El alto número de alumnos que se matricularon en las cuatro ediciones del pasado curso 2020-2021 llegó a ser de 2952 matrículas curriculares.
Resaltaré que el crecimiento del alumnado de matriculación completa, conforme a los datos de la Secretaría general del Instituto llegó a ser de 28 alumnos el año pasado, y para el nuevo curso se han matriculado 35. Una cifra ciertamente estimable, lo que significa que ha tenido y sigue teniendo éxito el notable esfuerzo que venimos haciendo, por superar los obstáculos que la legislación pone a la enseñanza de la Religión en la escuela. Un esfuerzo que merece la pena, porque acaba dando su resultado. La Iglesia necesita profesores de Religión verdaderamente preparados para afrontar la docencia con los resultados deseados, los que exige la labor de instrucción que la materia requiere.
Ciertamente la enseñanza de la Religión no es asimilable a la catequesis, que tiene su lugar en la iglesia parroquial y en la escuela católica, con la particular colaboración de las familias cristianas. Se trata de obtener una buena transmisión de la Religión católica en su cuadro dogmático o sistema de creencias basadas en la revelación divina, tal como ésta es comprendida en la fe y propuesta por la Iglesia para ser creída por quienes aceptan la fe cristiana que dimana de la predicación del Evangelio de Cristo. Se trata de exponer también el código de conducta que la Iglesia ha recibido de la predicación evangélica; y también las prácticas sacramentales que junto con las otras prácticas rituales configuran el cuerpo litúrgico de la de la fe católica, así como las expresiones culturales en las cuales se vierte y manifiesta la vida religiosa. Todo lo cual exige asimismo la exposición de la historia de la Iglesia como comunidad de fe y su proyección sobre la ordenación de la sociedad y la cultura. Un programa amplio y que exige conocimientos y dedicación al estudio, que debe ser evaluado junto con los demás conocimientos de las ciencias y las humanidades.
Como puede verse, este programa se sostiene sobre el diálogo que la fe tiene en permanente dialéctica con la razón. Por esto mismo, cualquiera puede comprender que el cubrir los puestos del profesorado de Religión exige rigor y seriedad, sin hacer concesiones al tráfico de influencias y a la acepción de personas, que quienes tienen la responsabilidad de preparar y seleccionar el profesorado de Religión deben excluir de todo punto. Los responsables en la diócesis de procurar la formación y las condiciones en las cuales los profesores de Religión católica han de ejercer su labor, han de poner el mayor interés en lograrlo. Para que así sea y con resultados tangibles, el ISCR de Almería en colaboración con la Delegación para la Enseñanza católica ha de proponerse el mayor empeño en lograr un cuerpo de profesores verdaderamente capacitado y habilitado para la enseñanza.
Al mismo tiempo que se procura la preparación en conocimientos del profesorado de Religión católica, se ha de poner también gran interés en que la vida cristiana de los profesores respalde el cometido que se les encomienda. De hecho, la Iglesia incluye en la selección de los profesores que presenta a las autoridades encargadas de la Educación que estos candidatos cuenten con una vida acorde con la profesión y práctica de la fe cristiana. Corresponde a la competencia de las autoridades eclesiásticas la presentación de candidatos idóneos por su preparación académica y una coherente vida cristiana, precisamente para que los que son presentados no estén en contradicción con aquello que van a enseñar, para lo que se supone que están preparados. Que sea así, es algo que es preciso considerar como exigencia ética de quien se propone transmitir unos conocimientos de la Religión cristiana como realidad viva que tiene su propio estatuto social, amparado por el derecho a la libertad religiosa.
Nuestro marco de actuación está dado en la normativa sobre los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas emanada por el Congregación para la Educación Católica, y que tiene un referente de actualidad en la Constitución Apostólica Veritatis Gaudium del Papa Francisco, de 1 de enero de 2018, por cuanto estos institutos superiores requieren el patrocinio y control de una Facultad de Teología. La impartición de Ciencias Religiosas tiene un estatuto de grado universitario y sus tres ciclos (Grado, Máster y Doctorado) son los que exigen los curricula propios de la naturaleza universitaria, que abre el camino a la investigación científica y a la docencia. Nuestro Instituto cuenta con el patrocinio de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, que tiene en ella la garantía de sus enseñanzas, de la cual formamos parte en la medida que nos toca, y cuya tutela agradecemos como verdadera Alma Mater.
Queda inaugurado el curso académico 2021-2022 en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Almería.
Almería, a 21 de octubre de 2021
+ Adolfo González Montes
Obispo de Almería