En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, las diferentes parroquias del Arciprestazgo del Almanzora, se reunieron en la ciudad de Purchena para festejar juntos tan importante jornada. En autobuses y vehículos particulares se citaron gran cantidad de fieles con sus párrocos en la entrada de la ciudad. Los purcheneros acogieron con entusiasmo a los que llegaron de Albox, Cantoria, Arboleas, Albánchez, Serón, Hijate, Tíjola, Sierro, Somontín y Olula del Río.
Una tranquila merienda, servida en un patio típico, permitió tomar contacto los unos con los otros. Tras merendar, los peregrinos encabezaron una marcha hacia la nueva sede del Gobierno Municipal. Allí el Excelentísimo Ayuntamiento ofreció una recepción oficial a los peregrinos, con una presentación cultural de la ciudad y un caluroso discurso del alcalde, Juan Manuel Tortosa Conchillo. Como recuerdo, el edil hizo entrega a los diversos párrocos presentes de una imagen del patrono, san Ginés de la Jara.
Tras el acto oficial, los peregrinos reiniciaron la marcha hacia la artística iglesia parroquial de san Ginés de la Jara. En el altar mayor se expuso el Santísimo Sacramento en la custodia para comenzar la procesión de adoración. Llevado bajo palio y entre cánticos, se ascendió por el cerro del Castillo. En la cima del mismo, el Santísimo se depositó en la Ermita de la Virgen del Carmen para rezar una estación. Finalizada la oración, el Santísimo fue portado a los pies del monumento al Sagrado Corazón y todos los peregrinos pronunciaron su consagración a Cristo. El arcipreste, Rafael Zurita Jiménez, bendijo el valle del Almanzora con el Santísimo Sacramento.
Regresados al templo parroquial, se reservó el Santísimo y comenzó la santa Misa. Fue presidida por el párroco de Purchena, acompañado del párroco de Serón, Albánchez, Santa María de Albox, Cantoria y la Concepción de Albox. Los dos coros parroquiales albojenses se encargaron de los cantos. En la homilía se destacó la importancia de vivir la misericordia del Divino Corazón en todos los aspectos de la vida cristiana, como preparación al próximo Año de la Misericordia convocado por el Santo Padre.
En un clima de fervorosa alegría, los peregrinos concluyeron la grandiosa jornada con una cena de fraternidad en un restaurante de la ciudad.
