El pasado día 6, en Almería.
El pasado lunes, 6 de diciembre, la comunidad del Seminario celebró la fiesta de la dedicación o consagración de la capilla mayor. Con tal motivo el Obispo diocesano presidió la celebración eucarística, que fue concelebrada por todos los formadores del Seminario. La iglesia capilla mayor del Seminario Conciliar de San Indalecio fue consagrada por Mons. González Montes el 6 de diciembre de 2003, después de haber sido enteramente rehabilitada: cambiada su techumbre y reforzados sus muros
Se abrieron seis ventanales que se cubrieron con vitrales de diseño en la zona baja de los muros laterales, y se alargaron los ventanales existentes en la zona alta de dichos muros. La iglesia del edificio de la carretera de Níjar fue bendecida el 6 de diciembre de 1953 por Mons. Ródenas García, junto con toda la fábrica del nuevo edificio, que el Prelado construyó para sustituir el viejo edificio del Seminario sito en la Plaza de la Catedral. Al no haber sido consagrada en aquella ocasión, aprovechando la rehabilitación completa de su fábrica y la remodelación de importantes elementos de la misma, como el presbiterio y la colocación de un nuevo altar, confeccionado en mármol verde indio, fue consagrado por el Obispo González Montes.
La ordenación litúrgica vigente contempla el aniversario de la dedicación de una iglesia como fiesta litúrgica, con categoría de solemnidad en la iglesia dedicada, que debe celebrarse con esmero y esplendor. Cada templo cristiano o iglesia es imagen sacramental del templo verdadero que es la humanidad de Cristo, donde habita la plenitud de la divinidad, según expresión de san Pablo. La iglesia es asimismo imagen de la comunidad eclesial, verdadera saca y construcción de Dios, según enseña san Pedro; e imagen de la condición de cada bautizado, verdadero templo del Espíritu Santo.
Por esta razón, las iglesias no son edificios polivalentes, de usos múltiples, aunque son verdaderas “casas de la asamblea litúrgica cristiana. Todo en una iglesia evoca sacramentalmente el misterio de Cristo, de la Iglesia y de cada bautizado. En la iglesia del Seminario todo fue en su día restaurado: Viacrucis, lámparas de cuarzo e imaginería. Se incorporaron dos oleos sobre madera: uno de san José María Rubio y otro del obispo mártir Beato Diego Ventaja Milán. Dos nuevas imágenes de talla policromada: una de de san José, patrono de la Iglesia y de las vocaciones sacerdotales, y la otra de san Indalecio, patrono de la diócesis y del Seminario vinieron a enriquecer el patrimonio religioso del Seminario.
Este séptimo aniversario de la dedicación de la iglesia del Seminario coincide con las nuevas obras de restauración del pabellón del Seminario Menor, ya avanzadas, de las que informamos en su día, y que deben estar terminadas para el próximo curso académico. Estas obras, además de rehabilitar un espacio importante para residencia de los seminaristas menores, permitirán también ampliar el Centro de Estudios Eclesiásticos y la biblioteca del Seminario.
