El pasado fin de semana, primero del mes de mayo, la comunidad de canjilones que viven en Tarrasa celebró la fiesta en honor de la Santa Cruz del Voto. La réplica de la Sagrada Reliquia fue llevada hasta allí por algunos de los primeros emigrantes que se trasladaron a esta ciudad catalana en los años sesenta del pasado siglo. Después de un tiempo de abandono, han sido algunos de los descendientes los que han retomado, hace a penas una década, la celebración de esta fiesta.
Hasta allí se trasladó el párroco de la villa alpujarreña acompañado del hermano mayor de la hermandad madre y algunos representantes del ayuntamiento. La celebración comenzó el sábado con una velada cultural en la «Sala Crespi» de los salones parroquiales de San Pedro, parroquia que acoge los cultos de la Santa Cruz. Después de la velada se celebró la procesión por algunas de las calles que rodean al conjunto histórico. Las tres iglesias se edificaron cerca de la antigua Egara romana forman un conjunto de singular belleza de estilo visigótico y románico. Al término de la procesión el párroco de Canjáyar se dirigió a los asistentes e impartió la bendición con la Santa Cruz.
La jornada del domingo comenzó con una exhibición del folclore típico catalán como signo de la fiesta. A continuación se celebró la Santa Misa, presidida por el obispo auxiliar de la diócesis, Mons. Salvador Cristau Coll, concelebrada por el párroco de San Pedro y consiliario de la recién constituida hermandad de la Santa Cruz de Canjáyar en Tarrasa, D. Antonio Deulofeu, y el párroco de Canjáyar, D. Jesús Martín. Al concluir la misa se pudo besar la Sagrada Reliquia y los canjilones pudieron cantar el himno. Todo terminó con la comida de hermandad.
