Bendición de la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

La Catedral de Almería vive una celebración eucarística llena de belleza en la que D. Adolfo González Montes bendice la imagen titular de la Catedral de la Encarnación.

El sábado día 25 de diciembre la Catedral de Almería vivía una hora de gracia singular: el Obispo diocesano bendecía la talla sedente de la Virgen con el Niño, instalada en el presbiterio, que lleva el mismo título de la Catedral «Nuestra Señora de la Encarnación». Ya hemos dado cuenta de la carta invitación a acudir a la misa de bendición que el Obispo hacía a los diocesanos que pudieran asistir. Fueron muchos los que se dieron cita en momento tan feliz para la historia de la Catedral almeriense.

La santa Misa contó con la intervención de la Orquesta y Coro de la Escuela Municipal de Música de Roquetas de Mar y del Coro Barroco de la Ciudad de Almería. Todo para mayor gloria de Dios y alabanza de la Santísima Virgen. La magistral interpretación musical glorificaba al Autor de la belleza, nacido de la Virgen Madre. Acompañó la procesión litúrgica el “Laudate omnes gentes”. Los Kyries de la Misa de la Coronación de W. A. Mozart se alternaba con el “Gloria in excelsis Deo” en español de Francisco Palazón. Después de la homilía, el Sr. Obispo recitó la oración de bendición y roció con el agua bendita la imagen de Nuestra Señora, para dar paso a continuación a al símbolo y a las preces de los fieles. Durante la preparación y presentación de las ofrendas, orquesta, solistas y coros interpretaron el Ave María del compositor Giulio Caccini (1550-1618).

Orquesta y coros hicieron vibrar la Catedral con el Sanctus de la misa en do mayor del conocido compositor francés Charles Gunod (1818-1893), dando paso al Benedictus de la Missa Brevis de Mozart. Siguió el Agnus Dei de la Missa Brevis del compositor romántico Clément F. Léo Delibes (1815-1910). Durante la distribución de la sagrada Comunión orquesta y coros interpretaron Pannis angelicus, de César Frank (1822-1890) y Ave verum de Mozart.

La Catedral acogía ya al anochecer una multitud de fieles, mientras el Obispo agradecía antes de impartir la bendición el trabajo realizado por los Talleres de Arte Sacro Granda, que desde que don Félix Granda se embarcó en su fundación firman sus obras como resultado de un equipo multidisciplinar. El Obispo quiso dar las gracias a los miembros del equipo que ha logrado la singular talla policromada de Nuestra Señora de la Encarnación, y pidió para ellos un aplauso, pues se habían desplazado hasta Almería con la directora de los talleres al frente Francisca Soto. Asimismo, el Obispo pedía se extendiera a los intérpretes de la música y al equipo de la empresa de restauración, rehabilitación y conservación del Patrimonio Rehabitec, a la que se debe la preciosa pilastra que recibe en asiento la imagen sagrada de la Virgen, obra con medallones de bajorrelieve inspirada en el altar del baldaquino del manifestador de la catedral.

El Prefecto de Pastoral de la Catedral y Delegado episcopal para la Liturgia y Ritos, había preparado el libreto director de la celebración, que junto con la estampa de la recién bendecida imagen titular de la Catedral se repartió profusamente entre los presentes. La santa Misa que fue presidida por el Obispo fue concelebrada por el Vicario general, Mons. Miguel Romera Domene, que ha coordinado los trabajos de montaje de la imagen en el presbiterio; el Rector del Seminario, que acudía al frente de los seminaristas diocesanos; y algunos sacerdotes que combinaron sus misas para poder hacerse presentes un sábado a la hora de las misas de víspera dominical. La celebración concluía con la alabanza final a la Santísima Virgen. Tras la celebración de la santa Misa, el Obispo, que había incensado por primera vez la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación después de realizado el ofertorio, se dirigía de nuevo ante la Virgen para su incensación, mientras orquesta y coros interpretaban la Salve.

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