La Delegación Episcopal de Medios de Comunicación celebró este martes 23 de septiembre un café-coloquio con periodistas en el Seminario Menor de Almería, donde se presentó un nuevo proyecto diocesano de formación para personas migrantes. La iniciativa, desarrollada por la Compañía de Jesús, busca ofrecer capacitación profesional y acompañamiento integral a jóvenes que ya llevan tiempo residiendo en la provincia.
El encuentro contó con la participación de D. Antonio Gómez Cantero, obispo de Almería; D. Ignacio López Román, Vicario general; y el jesuita Daniel Izuzquiza, responsable del proyecto.
Un proyecto serio y evangélico
Durante su intervención, nuestro obispo subrayó que se trata de una propuesta “seria, bien planificada y profundamente evangélica”, que no responde a intereses económicos ni a rumores difundidos en las últimas semanas.
“Este proyecto no se alquila ni se hace para ganar dinero. Es un servicio gratuito que nace de la misión samaritana de la Iglesia. Y si hiciera falta, yo mismo vendría a vivir aquí con ellos”, afirmó el obispo.
El prelado insistió en que la propuesta quiere ofrecer una “formación reglada para que los migrantes puedan salir adelante”, desmintiendo que se trate de un recurso para menores conflictivos o personas con antecedentes.
Presencia religiosa y acompañamiento
El plan contempla la habilitación de 8 habitaciones en el Seminario Menor, que podrán acoger a jóvenes de lunes a viernes mientras dure su proceso formativo. Además, varias religiosas de la Congregación de Cristo Jesús vivirán en la residencia para acompañar a los participantes y velar por el ambiente comunitario.
“No se trata solo de dar cursos, sino de crear un hogar. La Iglesia siempre ha estado allí donde ha habido necesidad: con los enfermos de sida, con los emigrantes españoles en Francia, con quienes nadie quería acoger. Y ahora nos toca estar aquí”, destacó Gómez Cantero.
Experiencias que inspiran
El obispo recordó la labor de las religiosas de María Inmaculada en la estación de Austerlitz, en París, donde durante décadas acogieron a jóvenes emigrantes españolas que llegaban con lo puesto y apenas sabían leer. También evocó su propia experiencia pastoral en distintos países de África y América Latina, conviviendo con comunidades migrantes.
“Yo pongo rostro a la migración. He conocido a estas personas en Senegal, en Bolivia o en Colombia, y sé que buscan lo mismo que buscábamos nosotros: pan y dignidad”, señaló.
Una propuesta en clave de esperanza
Por su parte, el jesuita Daniel Izuzquiza explicó que el proyecto se centrará en itinerarios de formación profesional acreditada, principalmente en sectores como la hostelería, la logística o los cuidados. El plan incluye también refuerzo en castellano, competencias digitales y acompañamiento personal en la búsqueda de empleo.
“No se trata solo de ocupar un edificio, sino de suscitar procesos que cambien vidas y construyan futuro”, explicó Izuzquiza, resaltando la importancia de generar esperanza tanto para los participantes como para la sociedad almeriense.
Conclusión
El café-coloquio sirvió para resolver dudas y acercar a la opinión pública una propuesta que la diócesis viene trabajando desde hace casi un año, en diálogo con entidades sociales y con el respaldo de la Compañía de Jesús. “Contra la protesta, la propuesta”, resumió Gómez Cantero. “Y nuestra propuesta es clara: un proyecto evangélico, serio y con futuro, que nace del corazón de la Iglesia y que busca servir a quienes más lo necesitan”.


