Con ocasión del nombramiento de D. Rafael Zornoza Boy como Obispo electo de Cádiz y Ceuta.
1. Momento histórico de alegría y gratitud
Ha llegado el momento de la sucesión apostólica: El Papa Benedicto XVI ha nombrado un nuevo obispo para la Diócesis de Cádiz y Ceuta. Se llama Rafael Zornoza Boy, tiene sesenta y dos años, treinta y seis años ordenado sacerdote, y cinco años ordenado Obispo, ejerciendo como Obispo Auxiliar de la Diócesis de Getafe.
Esta Diócesis va a vivir lo que es realmente la sucesión apostólica del ministerio episcopal. Éste es el camino que garantiza la fiel transmisión del testimonio apostólico. Así, pues, mediante la sucesión apostólica, es Cristo quien llega a nosotros: en la palabra de los Apóstoles y de sus sucesores. Es el mismo Cristo quien nos habla; mediante sus manos es Él quien actúa en los sacramentos; en la mirada de los sucesores de los Apóstoles, es su mirada la que nos envuelve y nos hace sentirnos amados y acogidos en el corazón de Dios. También hoy, como al inicio, Cristo mismo es el verdadero Pastor y Guardián de nuestras almas, al que seguimos con gran confianza, gratitud y alegría. Podemos decir muy bien: “Bendito el que viene en nombre del Señor”, al nuevo obispo Rafael. Le damos la bienvenida: Esta Diócesis, querido Rafael, es una Diócesis viva y joven: viva porque en ella está Jesucristo, resucitado y vivo; y joven, porque permanentemente el Espíritu Santo la rejuvenece.
Te vas a encontrar una Diócesis viva en dones, gracias y carismas y con problemas también. Pero no tengas miedo. El Buen Pastor sigue siendo el mismo: Jesucristo.
2.- Semblanza personal de Monseñor Rafael Zornoza Boy
Don Rafael Zornoza Boy nació en Madrid el 31 de julio de 1949 en el seno de una familia numerosa de profundas convicciones cristianas; actualmente tiene sesenta y dos años. Cursó estudios con los Padres Escolapios, simultaneándolos con los de música y piano en el Conservatorio de Madrid.
Ingresó en el Seminario Menor de Madrid y, más tarde, continuando en el Seminario Mayor, donde obtuvo el grado de Bachiller en Teología. Fue ordenado sacerdote en Madrid el 19 de marzo de 1975.
Comenzó su ministerio sacerdotal en la Parroquia de San Jorge, en Madrid, como Vicario Parroquial y después como Párroco. Impulsó la pastoral juvenil, matrimonial y de vocaciones.
Ha sido Consiliario de Acción Católica y encargado de Cursillos de Cristiandad; así como Arcipreste del Arciprestazgo de San Agustín y miembro del Consejo Presbiteral de la Archidiócesis de Madrid.
Con la creación de la nueva Diócesis de Getafe en 1991, se incorporó como secretario particular del primer Obispo de Getafe, Don Francisco José Pérez Fernández Golfín (q.e.p.d.), con el que colaboró muy estrechamente hasta su muerte.
Ha sido formador y después Rector del Seminario Mayor de Getafe desde 1994 hasta 2010.
Es licenciado en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, donde también realizó el curso de Doctorado. De igual manera, profesor de Teología Fundamental en el Centro Diocesano de Teología; habiendo dedicado siempre una atención especial a los Ejercicios Espirituales.
Preocupado por la evangelización de la cultura, ha formado también varios grupos musicales acreditados con premios nacionales e internacionales.
Ha sido colaborador y asesor en trabajos del Secretariado de Liturgia, y Seminarios de la Comisión Episcopal de la Conferencia Episcopal Española.
Fue nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI, Obispo de Mentesa y Auxiliar de la Diócesis de Getafe, desde febrero del 2006. Ahora estaba encargado de la Formación Permanente del Clero y de la atención a los sacerdotes jóvenes, así como la atención de la pastoral con los inmigrantes, la pastoral de la juventud, vocacional y ministerial.
Su lema episcopal es: “Muy gustosamente me gastaré y desgastaré hasta dar la vida por vosotros” (2Cor 12,14).
3.- Ante la nueva situación…
La toma de posesión del nuevo obispo será (D.m) anunciada próximamente.
Por mi parte, he sido nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI, Administrador Apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta.
Hasta el día de la toma de posesión del nuevo Obispo, seguiré ejerciendo el ministerio episcopal como Obispo Administrador Apostólico, no como Obispo titular. A partir de ese momento, seré obispo emérito de la Diócesis de Cádiz y Ceuta.
No me quedaré aquí, iré a Jaén capital, y estaré allí a vuestro servicio en la Residencia de las Hermanitas de los Pobres, desde donde seguiré trabajando. Allí permaneceré hasta que deje de valerme por mi mismo. Entonces volveré de nuevo a Cádiz, donde pasaré mis últimos días y dónde (D.m.) seré enterrado en esta Santa y Apostólica Iglesia Catedral.
Durante los años que he estado con vosotros, queridos gaditanos y ceutíes, me he encontrado muy bien de salud física, psíquica y espiritual; he dado todo lo mejor de mi vida, tal y como soy, y tengo que confesaros que he estado muy contento evangélicamente hablando… He procurado estar cerca, muy cerca de todos: de los sacerdotes, diáconos, los religiosos y religiosas, las Vírgenes Consagradas, y las personas consagradas, los laicos y de todos los aquellos que integran movimientos y carismas… Y, sobre todo, de los pobres, desfavorecidos y enfermos, así como de los inmigrantes, dentro de mis limitaciones, debilidades y fragilidades.
El seminario, –tengo que confesarlo–, he estado muy cerca. He celebrado la Eucaristía con los superiores y seminaristas, siempre que no tenía que celebrar la Eucaristía en otro lugar de la Diócesis. He ordenado unos 50 sacerdotes. Puedo decir que los sacerdotes de la Diócesis de Cádiz y Ceuta son sacerdotes muy alegres, preparados y buenos.
Los religiosos y religiosas que están diseminados en toda la Diócesis de Cádiz y Ceuta, realizan una magnífica labor evangelizadora; así como las Vírgenes consagradas.
El laicado goza de una muy buena preparación y compromiso. La pastoral familiar está siendo muy bien trabajada y valorada, a pesar de las dificultades y el maltrato que ha recibido la familia.
Los jóvenes, esperanza y futuro de la sociedad y de la Iglesia, han dado y continúan dando una buena respuesta y magn&i
acute;fica preparación, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, tanto en los días de la Diócesis, como en los días propios de la Jornada Mundial en Madrid. Espero que continúen con la misma ilusión en los años próximos….
Un obispo sin los sacerdotes, los diáconos permanentes, los religiosos y las religiosas, las Vírgenes consagradas, los seminaristas, las familias, y los laicos,… no puede hacer nada. De modo que ¡mil gracias a todos por vuestra magnífica colaboración!.
A las autoridades civiles y militares les estoy muy agradecido, dado que las relaciones han sido muy fluidas, respetuosas e incluso de cariño y magnífica colaboración.
Contad, como hasta ahora, con mi oración. Que Dios continúe bendiciendo a esta querida Diócesis de Cádiz y Ceuta.
Reza por vosotros y os bendice.
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo Administrador Apostólico de Cádiz y Ceuta