Miles de muleños y personas llegadas de los municipios más cercanos, acompañaron ayer al Niño del Balate desde su ermita hasta el Real Monasterio de la Encarnación de Mula en la tradicional romería que tiene lugar cada mes de septiembre, como inicio de las fiestas patronales.
La lluvia y el aroma a albahaca acompañaron a los romeros los tres kilómetros y medio que separan la pedanía de El Niño del centro de la ciudad de Mula.
La imagen del Niño de Mula descansará en la Encarnación hasta el próximo miércoles, día en que será trasladado hasta la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, donde permanecerá hasta el sábado 21 de septiembre, festividad del Niño de Balate, cuando será trasladado de nuevo hasta el monasterio de la Encarnación desde donde partirá al día siguiente en romería hasta su santuario.