El Proyecto Juego de Niños, de Cáritas Parroquial del Buen Pastor, ha organizado un campamento en la Hacienda «El Barriche», en la localidad de Alcalá de los Gazules, que se está desarrollando del 29 de julio al 3 de agosto. Supone la culminación de las actividades que cada sábado han tenido los niños de la barriada del Buen Pastor que han formado parte de este proyecto. En total, participan 57 niños, cuyas edades oscilan entre los 7 y los 13 años, y 25 monitores. La historia de «La búsqueda del talismán», elaborada por dos monitores, Adrián Villa y Rafael Prián, ha sido seleccionada para unificar las diferentes actividades lúdicas, pastorales, teatrales, deportivas y musicales que tienen lugar en el campamento.
Marina Cornejo, una de las monitoras más jóvenes, destaca la educación en valores que se transmite a lo largo de estos días tan especiales. Su pretensión es «dar todo de mi parte para que los niños disfruten al máximo y se sientan más cerca de Dios». Este año han hecho «especial hincapié en trabajar el valor de la fidelidad, la constancia, la humildad y la confianza», declara el sacerdote Damiano Tonegutti, coordinador del campamento. De la experiencia de años anteriores y de la presente edición, la valoración que se lleva a cabo es francamente positiva. Así, el monitor Adrián Villa, con 4 años de experiencia en el proyecto de Juego de Niños, resalta que «esta actividad es la culminación del trabajo del curso, lo cual supone una gran satisfacción».
Ana, de 8 años, es la primera vez que participa, nerviosa afirma «que se lo está pasando muy bien en el campamento». Por su parte, Fali, de 13 años, destaca que «en el campamento aprendo muchas cosas y todo es muy divertido, una oportunidad única».
Este campamento se financia con aportaciones de Cáritas parroquial del Buen Pastor, de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de San Fernando y de la Congregación de los Sagrados Corazones, así como con una participación de las familias. Hay que subrayar que los monitores realizan una labor de voluntariado, por lo que colaboran con total gratuidad en el proyecto.
El deseo de Damiano es que «el campamento salga muy bien y que los niños y los monitores estén contentos». Para él es «una alegría poder disfrutar de esta oportunidad de ir al campamento, continuando una tradición de veinte años que tanto bien ha hecho a todos los que han participado en la misma».
En esta edición, además de las tradicionales gymkhanas, se ha añadido escalada y rapel en rocódromo, tirolina, piscina, paseo a caballo y en pony, piraguas y otras actividades que permiten favorecer el desarrollo de cualidades físicas, además de permitir a los chavales desenvolverse con mayor autonomía en el entorno natural.