La Santa y Apostólica Iglesia Catedral de La Encarnación se convierte durante este Año de la Fe, proclamado por S.S. Benedicto XVI, en lugar de peregrinación en el que los feligreses pueden lucrarse de la Indulgencia Plenaria de la pena temporal por los propios pecados, impartida por la misericordia de Dios y aplicable a los vivos y los difuntos.
Para obtener dicha indulgencia, los fieles deberán visitar la Capilla de san Indalecio, Varón Apostólico, Fundador y Patrono de la Iglesia Diocesana, además de rezar el Credo en este recinto sacro de la Catedral.
También habrán de visitar y rezar la Salve ante la imagen de la Purísima Concepción, ubicada en el Trascoro de la Catedral.
Finalmente, y una vez cumplimentados los requisitos anteriores, es necesario recibir el sacramento de la Penitencia y participar, comulgando, en la Eucaristía y unirnos por la oración personal a las intenciones del Santo Padre, Benedicto XVI.