Primer Curso para Directores de Ejercicios Espirituales

Diócesis de Cádiz-Ceuta
Diócesis de Cádiz-Ceutahttps://www.obispadocadizyceuta.es/
La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

Organizado por la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal Española se está llevando a cabo la primera edición de un Curso de formación general e introductorio para Directores de Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio de Loyola, a cargo de D. Germán Arana Beorlegui, sacerdote jesuita especializado en la dirección espiritual y en la formación de sacerdotes, actual Rector del Seminario Pontificio Comillas, en Madrid, en el campus de Canto Blanco de la Universidad de Comillas.

El curso se está dictando desde el pasado domingo 27 de enero hasta este viernes 1 de febrero en la Casa de Ejercicios Espirituales San Ignacio de Loyola en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Son 26 sacerdotes de distintas diócesis españolas y de las siguientes ciudades: 1 de Jaén, 2 de Toledo, 1 de Valencia, 5 de Valladolid, 1 de Astorga, 1 de Alicante, 1 de Asturias, 1 de Tenerife, 1 de La Palma, 1 de Sevilla, 3 de Madrid, 2 de Albacete, 2 de Pamplona, 1 de Navarra, 1 de Orense, 1 de Badajoz, y por nuestra Diócesis de Cádiz y Ceuta participa el Director Espiritual del Seminario «San Bartolomé», D. José Antonio Medina Pellegrini.

La Comisión Episcopal del Clero se encarga de todo lo relativo a los sacerdotes, sobre todo, de la animación espiritual y de la formación permanente integral, en cada una de sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual y pastoral. En la actualidad, como ha venido haciendo durante los últimos años, está haciendo una profunda reflexión sobre la espiritualidad propia del sacerdote diocesano -a través de Congresos, Simposios, materiales de formación, etc.- y de la recepción y aplicación de la Exhortación postsinodal Pastores dabo Vobis.

D. Santiago Bohigues Fernández, Secretario Técnico de la Comisión Episcopal del Clero se ha referido a este curso con los siguientes conceptos:

Ante la gran necesidad de una mejor vida espiritual de los sacerdotes, los sres. Obispos, además de ofrecer el curso de «Discípulos y Apóstoles» para que el sacerdote se reencuentre con lo esencial de su ministerio, ha querido animar y hacer posible este encuentro para aprender a dar Ejercicios Espirituales. Están asistiendo un buen grupo de sacerdotes de toda España con experiencia en estos temas y la gracia de estar ante un ponente que sabe mucho de los Ejercicios Espirituales y que es un experto en dirección espiritual. La finalidad del encuentro es formar a los sacerdotes en estos temas y poder dar respuestas a dudas e inquietudes que se presentan al ejercer el ministerio en tan importantes funciones; poniendo así las bases de los temas fundamentales que ayudan a predicar según el ideario de san Ignacio de Loyola estos Ejercicios Espirituales.

Hemos encontrado un apoyo muy grande de parte de los obispos en sus diócesis, como así también de los respectivos delegados para el clero. Somos 26 sacerdotes los que estamos participando y me parece un muy buen número para esta primera edición del curso. Este se dará todos los años, y estamos ahora en la confección de un plan de formación progresivo para la cantidad de años que D. Germán Arana, determine. También estamos trabajando para dar una acreditación de la misma Conferencia Episcopal Española y de alguna institución teológica.

D. Germán Arana Beorlegui, SJ, también nos comparte su reflexión sobre esta nueva iniciativa de la Comisión Episcopal del Clero:

Esta iniciativa es para mi una nueva oportunidad de servir a la Iglesia de España en algo que llevo en lo más profundo de mi corazón que es este fabuloso instrumento para llevar a los hombres al Señor y hacerlos crecer en santidad. Con el paso de estos días estoy teniendo una impresión excelente de este curso en cuanto a la motivación, el interés, la profundidad en los comentarios y en la participación de los sacerdotes presentes.

Es un curso que tiene una característica muy especial, acá no hay un maestro con sus alumnos, sino que es un grupo de expertos que se reúne para profundizar temas que a todos nos concierne y que todos tienes aportaciones de una gran riqueza para compartir. Por supuesto que tenemos una guía metodológica que es fundamental y que ciertamente ayuda, pero con una participación muy viva y muy profunda, que me hace estar verdaderamente satisfecho del ritmo y de la andadura de este curso.

El llamado del Santo Padre a una Nueva Evangelización, nos hace preguntarnos cuál es la clave de toda auténtica evangelización: el encuentro con el misterio de Jesucristo, el contagio de su experiencia, que rehace a la persona y la conduce a una vida nueva, y que la configura con el mismo Cristo en todos los aspectos de su existencia.

Los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola tienen una ventaja preferente sobre otros métodos similares: ponen inmediatamente en contacto con Dios. Es una arma que incide poderosa y positivamente en el alma del que los realiza. La Nueva Evangelización si la concebimos como una estrategia ideológica o de comunicación de determinadas propuestas, nunca llegará al núcleo si el sujeto o las comunidades no experimentan un contacto vivencial con el misterio redentor y santificador de Cristo Jesús. Para llegar a esto los Ejercicios Espirituales son un instrumento privilegiado.

El sacerdote es un bomba apostólica potencial y ayudar al sacerdote a crecer en santidad y a identificarse con el misterio de Cristo que obra en él para la salvación de sus hermanos; y a tomar fuerza en el convencimiento de la validez de los instrumentos que maneja; es para mi una gracia y un gran desafío. El sacerdote es un agente de primer orden en el campo de la evangelización, y ayudarlo a crecer en esto es llegar a esta realidad de gracia: un sacerdote convertido significa una comunidad convertida, un sacerdote celoso significa una comunidad que arde, un sacerdote atravesado por su ministerio es un testigo que en el camino de la vida une a los hombres con Cristo y los solidifica en una verdadera hermandad con Él y con sus hermanos.

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