La palabra crisis se ha instalado en nuestro lenguaje diario y lucha por mantenerse. En el mercado, en los colegios, en las consultas médicas o en las barras de los bares. Todos hablamos de recortes y de negros augurios en lontananza. En medio de este panorama desolador para muchas personas, brilla, sin embargo una luz. Es tenue y débil como la llama de una vela, pero el fuerte viento contrario no puede apagarla; si acaso, sólo consigue hacerle temblar. Esta luz es la Iglesia, que sigue iluminando a los malagueños y melillenses del siglo XXI. Les lleva la esperanza y el consuelo que brotan del Evangelio, les ofrece la ayuda de la comunidad cristiana a través de las Cáritas Diocesana o parroquiales, les acompaña en las celebraciones y momentos más importantes de sus vidas. Es la Iglesia diocesana, que hoy celebra su día, y que contribuye a crear una sociedad mejor.
Haz la prueba. Pasea por cualquier calle de tu pueblo, por cualquier barrio de tu ciudad… Siempre habrá cerca algo que te recuerde la fe que ha compartido nuestra sociedad a lo largo de los siglos: plazas y edificios públicos con nombres de santos o de advocaciones de la Virgen, un colegio o guardería católicos, una parroquia cercana, una casa hermandad, una cruz de piedra, un antiguo convento u hospital, una hornacina, un azulejo con una imagen de la Virgen, hasta en el mobiliario urbano aparecen los escudos municipales que suelen incluir símbolos religiosos que nos hablan de los orígenes de nuestra sociedad.
La Iglesia se ha hecho presente a lo largo de los siglos y hoy en día, a pesar de la creciente secularización, continúa realizando una amplia labor espiritual y social en beneficio de todos en cada ciudad, en cada pueblo, en cada aldea, en cada barrio, en cada rincón de la diócesis… En el Día de la Iglesia Diocesana, recordamos que es la comunidad cristiana la que hace posible esta labor con su contribución económica. El sostenimiento económico de nuestras parroquias es una forma de contribuir a crear una sociedad mejor. Por eso, ayuda a tu parroquia, ganamos todos.