El Plan Pastoral de la Diócesis de Jaén para este curso, en el que toda la Iglesia celebra el año de la fe, se va a centrar en la familia como principal transmisora de la fe cristiana.
El panorama familiar ha cambiado sustancialmente en nuestra sociedad. Se comprueba con dolor que la familia ha dejado en los últimos tiempos de ser el principal agente de transmisión de la fe a las nuevas generaciones, fenómeno que no ocurría desde hacía muchos siglos. Se comienzan a experimentar las graves consecuencias que esto conlleva para la Iglesia, incluida nuestra Diócesis. También se observa cómo muchas de las familias cristianas se van sintiendo arrastradas por el fuerte laicismo que desfigura la esencia del matrimonio concebido, en palabras del Papa Benedicto XVI, como «un proyecto de amor verdadero que se renueva y ahonda cada día compartiendo alegrías y dificultades, y que se caracteriza por una entrega de la totalidad de la persona. Por eso, reconocer la belleza y bondad del matrimonio, significa ser conscientes de que solo un ámbito de fidelidad e indisolubilidad, así como de apertura al don divino de la vida, es el adecuado a la grandeza y dignidad del amor matrimonial» (Cuatro Vientos, 20 de agosto 2011). Mientras que otras familias miran este fenómeno con desgarro y tristeza y, sin tener clara su actuación, se instalan en el lamento.
Asimismo se constata la dificultad que existe entre los mismos cristianos para considerar el matrimonio como una verdadera vocación, resultado del encuentro con Jesucristo. Por todo esto parece conveniente dedicar en la diócesis de Jaén los esfuerzos a la pastoral familiar durante este curso. La tarea no es fácil, sobre todo por la carencia de modelos que puedan servir de referencia. Pero la Iglesia Diocesana ha de unir su oración y su compromiso para trabajar en este campo que se presenta con un carácter de urgencia.
Para este curso, la Diócesis de Jaén se propone el siguiente objetivo específico: «La familia cristiana, principal escuela de fe».
El Plan Diocesano de Pastoral para este curso propone una serie de tareas básicas presentes en todas las parroquias y fácilmente evaluables:
Organización de forma planificada, ya sea a nivel parroquial o arciprestal, de una Catequesis Prematrimonial (cursillos prematrimoniales), para que toda pareja cristiana encuentre una comunidad que le acoja, le ayude y le acompañe.
Celebración en cada parroquia del Día de la Familia previamente programado y preparado, en donde se sienta implicada toda la comunidad.
Programación de encuentros periódicos con los padres de los niños de la catequesis parroquial.
Implantación de forma habitual en cada parroquia de la oración con el método Lectio Divina.
Que orar con la Palabra de Dios llegue a ser algo habitual entre nuestros cristianos.
Seguimiento y participación, en la medida que pueda cada parroquia, de las actividades propuestas para celebrar el 50 Aniversario del inicio del Concilio Vaticano II.
Allí se nos pidió el cambio de mentalidad. Su lectura ahora en estos tiempos nos pide un cambio en el ardor evangelizador.
Asimismo, el Plan Diocesano de Pastoral ofrece una serie de sugerencias:
1. Promoción de grupos de matrimonios en las comunidades parroquiales.
2. Acompañamiento a los matrimonios jóvenes.
3. Participación en las actividades propuestas por la Delegación Episcopal de Familia y Vida:
– Curso de educación afectiva sexual a adolescentes y jóvenes.
– Aprovechamiento de los servicios de un COF renovado.
– Actividades en Defensa de la Vida, a sugerencia de la Delegación Diocesana.
4. Organización de encuentros arciprestales de familias cristianas.
«Con frecuencia, los creyentes se sienten aislados en este mundo, casi perdidos. Aquí ven que no están solos, que hay una gran red de fe, una gran comunidad de creyentes del mundo, que es hermoso vivir en esta amistad universal, y de este modo nacen amistades» (Benedicto XVI).
5. Celebración de la entrega solemne de la Palabra de Dios a los niños de catequesis.
6. Planteamiento de modo habitual de la Eucaristía dominical en clave de acogida a las familias cristianas.
7. Apoyo en distintas instancias, parroquial, arciprestal y diocesano, a los grupos matrimoniales con presencia en la diócesis.