Con motivo de la Pascua del enfermo, el pasado domingo, 13 de mayo, se ha celebrado en la Parroquia de Jérez del Marquesado la Eucaristía dominical con la participación de 45 enfermos y ancianos que han recibido la Unción de enfermos comunitaria.
Ya es el segundo año consecutivo que se celebra y la participación va en aumento. Fue una celebración festiva, tranquila, bien preparada por el equipo de liturgia y los ministros extraordinarios de la comunión. La verdad que nos ha sorprendido la buena acogida y participación de los enfermos y ancianos.
Durante toda la celebración, que fue más larga de lo normal, ha habido momentos para todo: reír, cantar, llorar, orar, celebrar, compartir, etc. dando gracias al Señor por todo lo recibido a lo largo de la vida y en estos momentos de enfermedad o vejez. Los que han participado tenía una edad de 70 años en adelante. El templo estaba cargado de años, casi los mismos que tiene la construcción.
Se habían invitado también a familiares y amigos de los participantes, pero aún no conseguimos que se participe en este sacramento con la misma fuerza que se hace en las comuniones, bodas o bautizos. Quizás tengamos que hacer una pastoral más clara y más actual respecto al sacramento de la unción de enfermos, pues descubrimos que aún perdura en la gente el concepto de extrema unción, lo que dificulta la buena recepción de esta celebración.
Acabamos la celebración rezando juntos la oración del enfermo que se proponía desde la comisión de pastoral de la salud de la Conferencia Episcopal Española, y la entrega de dicha oración a cada participante.
Como testimonio y al hilo de la Palabra de Dios escuchada este domingo en la celebración, se reconocía la gratuita historia de amor que Dios tiene con nosotros en cada momento de nuestra vida y como en momentos de dificultad se ha hecho más presente en cada uno de los participantes, así como la intervención de la Virgen María, en su advocación de la Tizná que en nuestra parroquia tiene mucha fuerza. Por eso, el lema «Tu fe te ha salvado. Levánteate, vete» (Lc 17,19) que propone la jornada del enfermo, nos ha ayudado a ver toda nuestra historia como un regalo de Dios.
Como párroco, agradezco a todos y a todas su participación y disponibilidad en este acontecimiento, animando a que en años sucesivos se pueda repetir y consigamos una participación mayor de amigos y familiares de los ancianos y enfermos que participen.
J. Tortosa Alarcón
PÁRROCO
