«Conocer la Biblia nos ayudará a ser más coherentes»

Diócesis de Málaga
Diócesis de Málagahttps://www.diocesismalaga.es/
La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Rocío García Garcimartín es una mujer que conoce la Palabra de Dios y se ha «enganchado» a ella, afirma que «la Palabra de Dios traerá una nueva primavera espiritual a nuestra Iglesia».

Rocío (Madrid,1960) es licenciada en Ciencias Eclesiásticas y en Teología Bíblica. Ha trabajado en La Casa de la Biblia y ha colaborado como coautora en las series de la colección "Palabra y Vida". Imparte cursos y jornadas de formación bíblica, como los que se están celebrando estos días en nuestra diócesis para formar monitores de Lectio Divina.

– En estos días está impartiendo usted un curso para formar animadores de grupos de Lectio Divina, ¿es difícil explicar la Lectio Divina?

– Depende de lo que se entienda por "explicar". Si nos referimos simplemente a transmitir conceptos, no es difícil. La Lectio Divina parte de un sistema cuatripartito fácil de comprender. Pero quienes quieren introducirse en el itinerario de la Lectio Divina van más allá. Permítame explicarlo con un ejemplo: Imagínese que pasa delante de una pastelería. Tiene las puertas abiertas y rezuma un exquisito olor a pastel y pan recién horneados. Si además se invita a entrar diciendo que podemos comer gratis, ¿quién se resiste? La aplicación del ejemplo es sencilla. Yo quisiera ser una de las personas que invitan a entrar en la Palabra, no sólo explicando la forma y el color de los pasteles, también hablando de su gratuidad y permitiendo que el olor se difunda.

– ¿Y llevarla a la vida?

– Como señalé antes, el itinerario tradicional de la Lectio Divina consta de cuatro pasos: lectura, meditación, oración y contemplación. En los últimos tiempos se ha añadido otro: la acción, el compromiso.

En cierto modo creo que este último paso es fruto de nuestra mentalidad, que busca los efectos inmediatos. Me explico. Somos hijos de la aspirina, que quita enseguida el dolor de cabeza, y del microondas, que en un minuto calienta el plato de comida. Desde esta forma de pensar, leemos literalmente Is 55,11: "Mi palabra no volverá a mí de vacío, sino que cumplirá mi voluntad". Y concluimos que todo encuentro, a partir de la Lectio o de otro itinerario de lectura creyente, debe hacerse efectivo en frutos inmediatos.

Yo creo que la Lectio Divina, que es encuentro personal con Dios a través de su Palabra, funciona de otra manera. En la Lectio nos exponemos al sol de Dios, y ese sol nos va poniendo "morenos". En la Lectio nos ponemos "a remojo" en el agua de Dios, como los garbanzos, y poco a poco vamos "engordando".
Con esto no quiero dejar de lado el esfuerzo personal en hacer vida la Palabra escuchada, al contrario. Pero frente a una línea de pensamiento que subraya el elemento del esfuerzo y de los frutos inmediatos, yo prefiero destacar la acción callada y desconcertante de Dios que obra en nosotros, en nuestro mundo. Evidentemente la Lectio Divina "se nota" en la vida, pero quizá no al ritmo que nosotros deseamos o pretendemos imponer.

– La Palabra de Dios, profundizar en ella, es una de las prioridades pastorales de nuestra diócesis, ¿qué le parece?

– Estoy convencida de que la Palabra de Dios traerá una nueva primavera espiritual a nuestra Iglesia. Por tanto, esta prioridad pastoral de la diócesis de Málaga, está favoreciendo que Dios mismo, a través de su Palabra, avance un tiempo nuevo para toda la Iglesia.

– Hoy día no tenemos tiempo para nada, ¿cómo explicar este método a personas que van corriendo por la vida?

– Tenemos tiempo para lo que queremos, para lo que consideramos importante. Dicho esto, es cierto que la Lectio nos invita a resituar nuestros tiempos, a relativizar nuestras prisas, a introducirnos en una nueva nuestra escala de valores.

Me pregunta ¿cómo acercar este método a quienes no han entrado en esa escala de valores? Con un método antiquísimo pero que funciona: el testimonio. Nadie olvida, por ejemplo, que se le ha escuchado sin mirar el reloj; que se le ha atendido de forma personalizada… Y cuando preguntan por qué, ocurre como con las parábolas: ¡que Dios les atrapa!

– ¿Conocemos los cristianos la Palabra de Dios?

– Muy poco. Quizá porque prácticamente fue el Concilio Vaticano II quien dio el pistoletazo de salida a la lectura popular de la Biblia; quizá porque el secularismo está muy enraizado en nuestra sociedad; o tal vez porque nos hemos preocupado poco de estudiarla, reflexionar y orar con ella. Con todo, creo que iniciativas como la de la diócesis de Málaga, que se están repitiendo en otros lugares de España y del mundo, nos ayudarán no sólo a conocer mejor la Biblia, sino también a ser cristianos más instruidos y coherentes.

– Además de conocerla, ¿la llevamos a nuestra vida? A veces nos critican de que no hay coherencia entre nuestras palabras y nuestras obras.

– Hay de todo, como en todas las familias. Pero fíjese que nadie se atreve a criticar la labor social de Cáritas, que es una entidad de la Iglesia católica; ni la labor de tantos religiosos y laicos en países de misión que, cuando las cosas se ponen feas, deciden quedarse y ayudar a esa gente. Son testimonios muy claros de coherencia en el seguimiento de Jesucristo.

– Usted imparte también cursos a niños y jóvenes, que están muy acostumbrados a usar las nuevas tecnologías, ¿se puede unir Lectio Divina y nuevas tecnologías?

– Muchas personas solicitan a EVD la Biblia en digital. Dicen que esta portabilidad les permite tomar el i-phone y leer un salmo o el evangelio del día desde cualquier lugar: el autobús, la montaña, el mar… Creo que debemos contar con las nuevas tecnologías para evangelizar, de otro modo estamos desaprovechando oportunidades.

Un curso on-line sobre Lectio Divina, una página en internet donde se difundan fichas preparadas para orar con la Biblia, un grupo de whats upss funcionando a modo de comunidad virtual, un foro donde compartir experiencias creyentes… Lectio Divina y nuevas tecnologías no son compartimentos estancos, no están reñidas. Eso sí, lo que es inexcusable es desplegar la antena personal para el encuentro con el Dios que nos habla a través de su Palabra.

– ¿Cómo descubrió usted la Lectio Divina?

– Fue un proceso, como todo en la vida. Siempre me apasionó la Biblia. Tras estudiar teología acabé la licenciatura en teología bíblica. Comencé a trabajar en La Casa de la Biblia y allí conocí a grandes maestros como Santiago Guijarro, Carlos Mesters, Rosanna Pulga, que me iniciaron en este método y me empujaron a trabajar por su difusión. He visto que la gente se engancha, que se sienten cristianos más libres, más coherentes, que participan en las eucaristías más convencidos…

La Lectio Divina es una de las grandes apuestas de Editorial Verbo Divino, mi lugar de trabajo en estos momentos. Estamos ofreciendo publicaciones que ayudan a conocer mejor la Biblia y a orar con la Palabra de Dios, cursos bíblicos on-line, tenemos varias colecciones en e-book… Y consideramos que estamos en camino, al servicio del pueblo de Dios, trabajando para que llegue la primavera espiritual a la Iglesia de Jesucristo.  

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