El Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Fomento y Cultura han concluido los trabajos de restauración (2ª y 3ª fases) del Convento de Las Monjas Claras, en La Laguna (Tenerife).
El claustro ha sido pavimentado y ajardinado con nuevas especies vegetales y se ha procedido a la restauración de muros, cubiertas, carpintería y rejería. También se ha procedido a la recuperación del ajimez y la escalera de caracol de acceso al mismo, así como la de un pozo ubicado en el patio.
El obispo, Bernardo Álvarez señaló antes de la bendición que “había grandes problemas de filtraciones de aguas, humedades, etc. En distintas fases se ha podido ir habilitando el convento para que realmente sea un monasterio en el que las religiosas puedan desarrollar su vocación y misión en la Iglesia. Una misión que en gran parte es oculta pero no menos importante y menos significativa en la sociedad. Ese trabajo silencioso en el claustro nos beneficia a todos, a los que creen y a los que no creen”.
Por su parte, el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, manifestó que el municipio ha ganado un gran espacio cultural con el futuro museo de arte sacro. “Los laguneros y los que vienen de fuera podrán disfrutar de esta maravilla”.
Por otro lado, Inés Rojas, consejera de cultura valoró la labor que realizan las monjas clarisas. “Nosotros, los políticos, tenemos el deber de velar por el bien, pero ellas, las monjas, lo hacen porque sí, de forma gratuita. Con su mensaje logran que en el mundo haya mejores personas”.
La delegada del Gobierno en Canarias, Dominica Fernández, refiriéndose a las inversiones que ha realizado el Gobierno de España en Canarias, recordó que han sido 18 millones de Euros los que se han invertido en las islas como consecuencia de las actuaciones aprobadas por la Comisión Mixta de destinar el 1% cultural a las obras singulares como esta.
Palabras de satisfacción también fueron las pronunciadas por el presidente del Cabildo Insular, Ricardo Melchior, quien expresó que es una alegría inmensa el que las monjas clarisas puedan vivir ahora de la forma que se merecen, sin problemas de humedades y con recursos para combatir el frío.
Por último, la madre abadesa, Sor María Luz Prieto, haciendo mención al Salmo 125 indicó que les parece estar soñando cuando ya no ven los metros de tela plástica colgando de los artesonados para recoger la lluvia durante años y años.