Con motivo de su 60 aniversario de Ordenación Sacerdotal.
Queridísimo Santo Padre:
Con inmenso gozo damos gracias a Dios por el don del sacerdocio ministerial que Dios le concedió hace hoy 60 años. Aquel momento fue el comienzo de una estrecha colaboración con Cristo Sacerdote y Víctima para ser cooperador de la verdad que redime al mundo. La Iglesia universal se beneficia de aquel momento que se ha prolongado en el tiempo hasta el ministerio de Sucesor de Pedro con el que hoy sirve a la Santa Iglesia.
En nombre de la diócesis de Córdoba, que Vuestra Santidad me ha confiado, y en el mío propio quiero expresarle los más profundos sentimientos de estima, de adhesión a su persona y a su ministerio petrino y de oración al Señor por sus intenciones, por la santificación de los sacerdotes y por las nuevas vocaciones al sacerdocio ministerial.