Celebrado en Jerez del Marquesado.
El sábado 26 de marzo de 2011 hemos celebrado en la Parroquia de Jérez del Marquesado un retiro parroquial como preparación a la cuaresma. Empezamos a las 16:30 h. con una charla a cargo del párroco, José Mª Tortosa Alarcón, seguida de un tiempo personal de reflexión y posterior puesta en común. Terminamos a las 21 h. después de la Celebración de la Eucaristía, vísperas y exposición del Santísimo.
Es el segundo retiro parroquial que tenemos. El primero fue en Adviento con el tema "Las raíces del Misterio de la Encarnación (de Nazaret) están en la Trinidad)", a cargo del Responsable Nacional de la Asociación de los Sacerdotes del Prado (Manolo Barco).
El tema escogido para este retiro de Cuaresma ha sido "Mirad que realizo algo nuevo".
El objetivo del retiro era saborear este tiempo de Cuaresma, que es una especie de peregrinación de Dios en búsqueda del hombre, porque la Cuaresma es el tiempo privilegiado para la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. ¡Qué belleza puede tener esta peregrinación doble: la de Dios buscándonos, que se hizo Hombre para que le descubriésemos cercano al hombre, y la del ser humano entrando por un camino interior para encontrarse con Dios!
Pretendimos dejarnos llenar por la Palabra de Dios y por la música que fuimos poniendo; tanto la música real cantada y la que pusimos poniendo interiormente cada uno de nosotros. Narramos y cantamos en voz alta lo que vamos viviendo en el camino particular hacia la Pascua, como seguidores de Jesucristo y creyentes en un Dios que probablemente sí existe y da vida en abundancia. Narramos lo que vamos descubriendo de Jesucristo en nuestra vida y lo que su Espíritu va poniendo y transformando en ella. Todo fue una inviatación a hacer nuestra la experiencia de descubrir la novedad de Jesucristo en nuestras vidas: mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando. ¿No lo notáis?(Isaías 43, 16-21).
Este tiempo de Cuaresma lo queremos vivir como una olimpiada de Amor en la que corremos para alcanzar la meta. Y nos sentimos llamados a no correr en vano, a no salirnos de la buena ruta, sino a encaminarnos hacia la tierra prometida del Amor de Dios que se hace visible y se nos da en Jesucristo muerto y resucitado, esperanza de todos los pueblos y salvación de la humanidad. “Este tiempo ha de caracterizarse por un esfuerzo personal y comunitario de adhesión a Cristo para ser testigos de su amor”. (Benedicto XVI: Mensaje para la Cuaresma 2008, 6).
También hubo tiempo para pedir a Dios, Padre/Madre todocariñoso, que nos conceda vivir más profundamente el misterio de Cristo para que podamos dar testimonio de él con más fuerza y claridad.
José María Tortosa A.
Párroco de Jérez del Marquesado
