Artículo de D. José Mª Alarcón, párroco de Jérez de Marquesado, con motivo de la muerte del Obispo emérito de Guadix, D. Juan García-Santacruz.
Se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de tristeza nada más que escribir este título en memoria de nuestro obispo emérito D. Juan García-santacruz Ortiz. Y creo que no exagero si digo que su corazón se ha agotado de tanto amar, de tanto llevar sobre sí las heridas de otros y de hacerse cargo de los sufrimientos personales y ajenos. Por eso, su corazón ha dicho ¡basta!, se ha agotado y ha terminado sus días junto a los suyos, junto a sus hermanos y hermanas que le han acompañado a lo largo de su vida y en su tierra natal, Toledo, pero con el sufrimiento de la lejanía física hacia nuestra diócesis que tanto quería y con la que quedó desposado para siempre como tenía escrito en el anillo episcopal de su mano. Hoy ha pasado a la casa de Dios Padre y seguro que cuando le pregunten si has vivido y has amado, el enseñará su corazón lleno de nombres.
Querido D. Juan, gracias a Dios por haberlo tenido entre nosotros y por haber podido disfrutar de su pastoreo en nuestra diócesis, de su ser obispo y hermano. Especialmente gracias, por mi parte, a Dios y a usted por haber podido poner en marcha, junto a otras personas, en nuestra diócesis y en la de Granada, el Programa Educativo-Terapéutico Proyecto Hombre para la rehabilitación y reinserción social de personas con problemas de drogas. Usted, durante los 10 años que estuvo al frente de la Fundación que apoya a Proyecto Hombre, siempre nos ha animado a hacer todo el bien que podamos y a dar la vida por esas personas, jóvenes y menos jóvenes que habían caído en la droga en cualquier tipo de adicción. Quería conocer de cerca cada situación, cada tristeza, cada alegría al respecto y por eso siempre lo encontré cercano y dispuesto a recibirnos, a escucharnos en cualquier demanda que se le pedía al respecto a la vez que no escatimó esfuerzos para que siguiéramos adelante.
Proyecto Hombre provincia de Granada, como otras instituciones sociales diocesanas nunca le podremos olvidar por ese amor que derramaba y esa bondad que ponía en cada encuentro que mantenía con nosotros. De ahí que, para la posteridad, dicho Proyecto Hombre ha querido, aún en contra de su voluntad, poner el nombre de Comunidad Terapéutica obispo D. Juan García-santacruz, a la casa que Proyecto Hombre tiene en la localidad de Huétor-Santillán y que tanto bien está haciendo a muchas personas en su lucha por salir de las drogas.
Sólo me queda decir que Dios lo acoja en su mano y que desde allí siga intercediendo por nosotros. Nunca le olvidaremos porque nos han enseñado a querer. Por lo que a mí respecta, también le he querido mucho.
José Mª Tortosa Alarcón, presbítero diocesano
Párroco de Jérez de Marquesado
13 de marzo de 2011
