Cerca de 100 parroquias y más de 800 participantes se congregaron ayer domingo en el I Encuentro, que tuvo lugar en el colegio de los Salesianos de Cabezo de Torres.
La jornada soleada y el buen tiempo hizo presagiar los buenos resultados que dio de sí esta concentración pastoral. Un encuentro que ha abierto grandes puertas a la reflexión cristiana sobre la situación que hoy vive nuestra sociedad, los objetivos que el cristiano ha de marcarse con actitudes espirituales, que favorezcan el trabajo en la Iglesia; y los medios necesarios para conseguir, desde la pastoral, una evangelización plena.
La necesidad de vivir la esperanza, la constatación de un desprecio por los valores humanos y evangélicos, el alejamiento del hombre hacia Dios, es decir, la indiferencia religiosa, el servicio desde el evangelio, la caridad y la comunión eclesial, así como la renovación de la Iglesia a través del Espíritu Santo han sido algunos de los contenidos que Monseñor Lorca Planes ha destacado en su ponencia. Tras finalizar la exposición, los miembros de los distintos Consejos Pastorales se reunieron por grupos con el fin de dialogar y reflexionar sobre los aspectos más urgentes que conducen a la evangelización parroquial. Las conclusiones finales no fueron nada desorbitadas. Según el trabajo recogido por estos grupos, lo que no debe faltar en las parroquias son: la catequesis, la formación, la unidad con el Magisterio, los jóvenes y adultos, una vivencia espiritual y el servicio a los más necesitados. Estos fueron los temas más destacados.
Además, hubo otras propuestas como la necesidad de potenciar la alegría, la ilusión, la esperanza, grupos de liturgia, la celebración de la eucaristía cada día, la unidad de los grupos parroquiales por parte del párroco, el cuidado de la religiosidad popular, la práctica de los objetivos que contempla el nuevo plan diocesano de pastoral, una mayor apertura a los movimientos eclesiales y una buena formación para los laicos. D. Fernando Valera, Vicario de la Suburbana I, fue el encargado de exponer y presentar estos resultados. Según éste, todos los grupos han coincidido en una misma conclusión: “lo que hacemos nunca es suficiente”.
Al finalizar este resumen, el Sr. Obispo, José Manuel Lorca Planes, señaló la necesidad de “aprovechar cualquier momento de nuestra vida para anunciar a Jesucristo”. “Se necesita un primer anuncio. Uno se tiene que dar cuenta de lo que es vivir la fe. Muchos necesitan la mano nida para reanimarse y volver de nuevo a la fe”- señaló el Prelado. “En la diócesis hay muchas oportunidades que ayudan a profundizar en la fe”. ”No tengáis miedo”. Palabras con las que Monseñor invitó a los fieles a no dejarse desilusionar ante las críticas de fuera, sino a seguir ofreciendo las gracias que Dios ha regalado a cada uno”. Por otra parte, el Pastor de la diócesis, agradecía a los fieles congregados, el cuidado y el interés que cada día muestran hacia los sacerdotes. Al mismo tiempo, les pedía que no dejaran de ayudar a éstos: “Los curas necesitan vuestra ayuda”.
La mañana concluía con el canto de la Salve Cartagenera. Tras la comida y el buen ambiente familiar, voluntarios de la jornada mundial de la juventud acondicionaron el lugar para la celebración de la eucaristía. Más de medio centenar de presbíteros acompañó al obispo en la santa misa. El obispo, durante la homilía, explicó que “un cristiano ha de ser luz y sal, testigo iluminado en el amor de Dios, al estilo de Dios y en la voluntad de Dios. El cristiano ha de dar el buen sabor de Dios y con ello, evitar el mal”. Toda una jornada, en la que se ha podido meditar, sobre cómo el panorama actual interpela la fe y exige unas respuestas.
