Bajo el lema «Un sueño, una historia, un camino», se ha hecho memoria de la figura y el mensaje de la Fundadora de la Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia.
En la capilla del colegio Santo Domingo de Guzmán (La Palmita) de Santa Cruz de La Palma, la Eucaristía de acción de gracias para clausurar los diversos actos que, con motivo del Centenario del fallecimiento de la Madre Pilar (5 de enero de 1910), se han venido realizando a lo largo del último año en el seno la Congregación.
La celebración fue presidida por José Francisco Concepción Checa, párroco de El Salvador, y compartida por las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia con su Equipo General, otros sacerdotes, el alcalde de la capital palmera, padres, profesores y alumnos, representantes de las comunidades educativas de los cuatro Centros de la Congregación en Canarias.
Con el Pan y el Vino fue colocada en la mesa del altar la whipala, símbolo de la Congregación que, después de viajar por los Centros de Dominicas de Canarias, llegó a La Palma portada por los alumnos del colegio Santa Rosa de Lima de La Laguna. La Palmita la recibió con enorme cariño y la depositó como emocionada ofrenda de gratitud al Señor por su obra, junto al lugar donde descansan los restos de la Madre Pilar, sembradora con el Padre Cueto de la primera semilla de lo que hoy es la Congregación. Fue un claro testimonio de fe, una vivencia entrañable, sin duda, que llenó en la historia de la Congregación una maravillosa página, impregnada de los más fervientes deseos de seguir, humildemente en manos de Dios, sirviendo con alegría, soñando caminos nuevos.
