14 días caminando por varias zonas del municipio de Tegueste.
La Virgen del Socorro ya descansa de nuevo en su templo. Tras catorce días de peregrinación por todas las zonas de este barrio de Tegueste, la sagrada imagen regresó a su iglesia el pasado sábado por la noche, día 25 de septiembre, seguida por cientos de fieles y vecinos del municipio. De esta manera, se cumplió por cuarta vez en siglos que la Virgen del Socorro realiza este especial recorrido por varias zonas de la Villa, y donde cada día estuvo acompañada por multitud de personas.
La peregrinación de la sagrada imagen por las diferentes partes del municipio ha supuesto un acto de especial relevancia para un pueblo entregado a la venerable imagen. Una devoción que quedó patente desde el sábado día 11 de septiembre, cuando la sagrada imagen volvió a iniciar su recorrido por las diferentes zonas del barrio de la Villa.
Los socorreros engalanaron sus casas y compartieron devoción con amigos y familiares. Una peregrinación que comenzó desde la iglesia de El Socorro y que finalizó en un local particular de la zona de San Luis. Y así recorrió Las Toscas, La Asomada, Lomo Las Rías, Iglesia de El Pico, La Pared, Santo Domingo, Molina, El Portezuelo, La Padilla, El Lomo, San Gonzalo, El Calvario y de vuelta a la Iglesia de El Socorro.
La devoción de Tegueste hacia la Virgen Nuestra Señora del Socorro se ha venido manifestando en diversas formas desde la primera fundación de la ermita en el siglo XVI, convirtiéndola en uno de los puntos importantes de fervor mariano de Tenerife. Los avatares sufridos por la ermita (inundaciones, destrucciones, reconstrucciones), así como personajes vinculados a ella, entre los que destaca Amaro Rodríguez Felipe (Amaro Pargo) nos remiten a la historia del Archipiélago y son una muestra más de espíritu de superación que siempre ha caracterizado a los canarios y los teguesteros.
Desde su fundación, el barrio de El Socorro ha sabido mantener un profundo vínculo religioso y social con su Patrona que llega hasta la actualidad con el esplendor que cada año, por el mes de septiembre, se palpa en sus fiestas.