Una vez terminado el año de noviciado en Sevilla, fr. Ángel, natural de Arafo, emitió su primera profesión en la Orden de Predicadores, el domingo 19 de septiembre, a las 12,00 horas, en la Basílica de Ntra. Sra. de La Candelaria.
La celebración fue presidida por el prior del Convento de Candelaria, fray Alexis González de León, delegado del Prior Provincial de Bética fray Miguel de Burgos Núñez, quien no pudo estar presente por encontrarse en el capítulo general de la Orden, en Roma. Estuvieron presentes en la celebración, los frailes del Convento de Candelaria y frailes del Convento de Santo Domingo de Scala Coeli de Córdoba y del Convento de La Virgen del Camino en León; el arcipreste del arciprestazgo de Güímar y párroco de Arafo Víctor Manuel Álvarez, varios sacerdotes diocesanos y religiosas Misioneras Dominicas de la Sagrada Familia de las comunidades de Geneto (La Laguna) y Vista Bella (S/C de Tenerife).
Acompañaron a fr. Ángel sus padres, hermanos, demás familiares y amigos. Para todos fue una liturgia digna, solemne y entrañable a la vez. Emotiva para todos, especialmente para fr Ángel el cual, en la acción de gracias, expresó su infinito agradecimiento a su familia, amigos, frailes de la Orden pero sobre todo a ese Dios AMOR, manifestado en Jesús.
Fariña ha indicado que "mi profesión en la Orden de Predicadores se ha llevado a cabo en Tenerife, porque así lo deseaba yo y así lo ha tenido a bien el Prior Provincial. Yo no olvido, ni puedo olvidar, ni quiero que esta es mi tierra; que aquí comenzó mi formación y que gracias a esta Diócesis he llegado a donde me encuentro hoy. Estoy infinitamente agradecido a esta Iglesia Diocesana, la cual me tiene a su entera disposición".
En su emotiva acción de gracias Ángel Luis señalaba que "entre los frailes he conocido la alegría, la pasión por la vida… a cualquier edad, en cualquier ocupación. Pero este aprendizaje tiene un lugar de comienzo y hace ya bastantes años: aquí. Esta pasión por la predicación, tiene su origen en este convento de Candelaria. En esta casa donde hace 32 años las maternales manos de mi abuela, me alzaban hacia la imagen de la más bonita, de la más morena y daba gracias al Dios del cielo porque había venido a la vida. En esta casa en la que me han visto crecer y me han visto madurar en la fe; de esta casa salí, y en esta casa hoy he hecho este acto de loca libertad: el de entregar mi vida. Doy gracias a todos y cada uno de los frailes de esta comunidad".
