Por su contribución con las obras sociales y equipamientos religiosos de la Iglesia.
El Obispo Nivariense ha mostrado sus condolencias a la familia de Don Elías Jesús Hernández Guzmán y ha mostrado su gratitud por la importante contribución de este cooperador insigne diocesano para con las obras sociales y equipamientos religiosos de la Iglesia.
Don Jesús, dueño de la cadena de supermercados “Jesuman”, se entregó a la causa de los más necesitados promoviendo templos, centros de acogida, etc. Fue un empresario que dedicó muchos esfuerzos a impulsar la creación de empleo. Su espiritualidad estuvo siempre ligada a su labor empresarial y de ella nacieron varios proyectos con la Iglesia de Guinea Ecuatorial. En esta zona promovió la ejecución de pozos de agua para abastecer a la población. Además, participó en otros proyectos de promoción de la mujer, colaboró en la puesta en marcha del Seminario de Malabo, etc.
Por otro lado, la labor de Don Jesús en nuestra diócesis ha sido significativa. Ha colaborado en la construcción de varios templos en Icod de los Vinos y fue el promotor de la Casa de Acogida Madre del Redentor, en El Sauzal. Además, motivó a mucha gente de su entorno para iniciar esta obra que hoy día es una realidad. Asimismo, Don Elías puso los recursos económicos necesarios para construir y equipar la Casa de Jesús de Nazaret, de Icod de Los Vinos, destinada a acoger a los ancianos más necesitados de este municipio.
Cabe recordar también que Don Jesús, pasados tres días del incendio que asoló la Sede del Obispado, fue el primero en aportar una importante cantidad económica para paliar los daños. Por otro lado, recientemente, estuvo presente en Candelaria, en el acto de bendición e inauguración de la residencia de Ancianos Nuestra Señora de Candelaria, ya que durante muchos años ha estado pendiente de las necesidades de los Padres Dominicos, impulsores de esta iniciativa. El Prior de la Basílica, Jesús Mendoza ha definido a Don Jesús como un hombre de entrega absoluta, muy trabajador, serio y cariñoso. “Yo lo tenía a él casi como un referente paterno. A nivel humano fue un hombre a carta cabal y a nivel creyente, un ejemplo para todos. Sería injusto recordarlo sólo por sus contribuciones económicas, este aspecto es el menos que me importa. Hemos perdido un gran ser humano.”
Por su parte, el Vicario para los Asuntos Económicos, Julián de Armas, ha señalado que lo que lo movía a prestar esta ayuda a los más necesitados era su fe en Dios. “Él siempre decía: mi fe me lleva a estar con aquellos que lo pasan mal. Por eso, cruzó el charco y se fue a Guatemala, ya que tenía una gran devoción al Hermano Pedro. En Jalapa tiene una obra muy importante. Allí construyó todo un complejo para niñas y colaboró con la congregación Marta y María en la edificación de un Noviciado”.