En Cuevas del Almanzora. Con motivo del comienzo de la Jornada Mundial del enfermo, el pasado día 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el párroco de Nuestra Señora de la Encarnación de Cuevas del Almanzora, junto con la Comunidad de la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, organizaron una celebración de la Eucaristía el 14 de febrero, en la que se administró el Sacramento de la Unción de los Enfermos.
La Sociedad de Vida Apostólica de la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl reside en esta parroquia desde el año 1850. Al llegar a ella, se hicieron cargo de un Hospital que ellas mismas regían, junto con algunos trabajadores. Poco a poco se fueron adaptando a la idiosincrasia de Cuevas del Almanzora, ganándose el cariño de todos los que aquí vivían o transitaban por estas tierras. Tuvieron un colegio, en el que muchos niños del pueblo aprendieron a leer y escribir y a amar a Jesús, presente y vivo en la Eucaristía de manos de María, en su advocación de la Milagrosa. Hoy su labor está centrada en el cuidado y atención de los ancianos, tutelando una residencia que, hoy por hoy, con una serie de obras y actuaciones, se está modernizando y adaptando para el mejor cuidado de estos ancianos.
Fue un día gozoso, que coincidió con la celebración del día de San Valentín, en el que los ancianos también expresaron su amor a Dios y a la Virgen. Con la preparación que una de las hermanas infundió a los ancianos, todos los residentes de este centro, junto con algunos feligreses de la parroquia que decidieron participar es este gozoso acto, recibieron el Sacramento de la Unción. Así acogieron el consuelo y la fortaleza que da este sacramento, para ayudarle a vivir más unidos a Jesucristo en esta etapa de su vida o con la enfermedad.
De igual modo, el párroco expresó que en Pascua habrá otra celebración de la Unción de los enfermos para concluir esta campaña, pero esta vez será en el templo parroquial. También avisó que durante este tiempo visitará a todos los enfermos e impedidos que no pudieron asistir a esta celebración, animando a que no tuvieran miedo de llamar al sacerdote para que les administre este sacramento a aquellas personas que están enfermas o son ancianas.
