El pasado martes, 18 de junio, Don Amadeo Rodríguez Magro, Obispo de la Diócesis, presidió la celebración Eucarística en la Iglesia la de La Inmaculada de Mengíbar, en la que recibieron el Sacramento de la Confirmación, un grupo de 29 adolescentes y 4 adultos.
Junto a sus familias, padrinos y catequistas, y en una iglesia repleta de fieles, los confirmandos estuvieron acompañados de su párroco, D. Raúl Contreras Moreno y del sacerdote D. Juan Pedro Moya, secretario del Obispo, que concelebraron la Eucaristía, junto a nuestro Padre y Pastor, Don Amadeo.
En esta celebración llena de gozo en el Señor, por este grupo de confirmandos, quisieron unirse, el coro joven y el de adultos, para cantar al Espíritu Santo y celebrar con mucha alegría la Eucaristía.
En su homilía, Don Amadeo, resaltó el placer de celebrar la Eucaristía, cada vez que visita La Inmaculada, dijo sentir, la presencia del Señor, en los rostros, en el saber estar. A los confirmandos les dijo, con un leguaje y cercanía entrañables: «Mirad dentro de vosotros y veréis que ahí está Dios, que mueve vuestros corazones, sois la muestra de que Dios ha trabajado en vosotros y queréis seguir creciendo como cristianos, sentíos orgullosos de ser hijos de Dios y formar parte de su familia. Ahora recibiréis a un Amigo, deseo os convierta en templos de su gloria, así seréis templos vivos de Dios, Teniendo presente quién habita en vosotros, tendréis vida en plenitud y daréis gloria a Dios, mostrando al mundo su presencia».
Al final de la celebración, D. Raúl, agradeció al Obispo, su presencia y el cariño con el que siempre nos visita y a todos el tono alegría sentido en la celebración. D. Raúl, dijo sentirse feliz e hizo saber al Obispo y a todos los presentes, lo contento que estaba de este grupo de confirmandos, diciendo: «Son un ejemplo para todos, ya que de 29 jóvenes, 25 quieren seguir en los grupos Karós y unirse algunos al coro joven. También de los adultos se unen de forma activa a la parroquia».
Antes de acabar la Eucaristía el Obispo agradeció la acogida de la comunidad parroquial, sobre todo a su párroco. También, les dio la enhorabuena a los recién confirmados y a sus familiares, del mismo modo que agradeció a los coros parroquiales, a los catequistas, la alegría que se percibía en la celebración y el esmero en la preparación de la misma.
