Con motivo de la celebración de los 600 años de la Cofradía de los patronos de Villacarrillo, la Real Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, Nuestra Señora del Rosario, Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Amor, se celebró una Misa de Acción de Gracias, el pasado domingo 2 de junio, día de la Ascensión del Señor. La celebración eucarística tuvo lugar en el Paseo del Santo Cristo de la localidad, sitio emblemático para esta cofradía, ya que fue en ese lugar comenzó la devoción a la Santa Cruz en Villacarrillo, en el ya desaparecido Convento de los Franciscanos.
Esta Eucaristía es el acto que concluye las celebraciones programadas con motivo de este aniversario. La Cofradía ha trabajado de forma especial en los meses anteriores con la preparación del Triduo que ha sido el eje de la Misión Diocesana en las calles. Se han realizado traslados de la venerada imagen de modo que el Santítmo. Cristo ha podido recorrer así las calles de nuestra localidad, acercándose de esta forma a todos. Junta Directiva, fabricanos de la Cofradía, componentes de la Agrupación Musical, y cofrades en general, han hecho posible que todos los días de Misión podamos tener a nuestro patrón presidiendo las celebraciones.
Como comienzo de los actos del fin de semana de aniversario, el sábado día 1, a las 9 de la noche, una vez finalizada la celebración de la Eucaristía, se realizó el traslado del Cristo De la Vera-Cruz, en procesión desde la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, a la Parroquia de San Francisco, donde estaba previsto que pasara la noche. Numerosos cofrades y devotos del Santísimo Cristo le acompañaron por las calles del pueblo cantando el himno con gran fervor. Una vez allí, participaron de la verbena organizada por la Unión Local de Cofradías de Villacarrillo, para celebrar este aniversario, amenizar la velada y disfrutar de un rato de convivencia en torno a nuestro Patrón.
Ya el domingo día 2, a las 11 de la mañana, partió nuevamente desde el templo de San Francisco la imagen de nuestro Patrón hacia el Paseo, donde todo estaba preparado para la celebración de la solemne Eucaristía de Acción de Gracias que presidió nuestro Obispo, Don Amadeo. La misa estuvo concelebrada por los sacerdotes de las dos parroquias de Villacarrillo, D. Manuel Jesús Casado Mena y D. Andrés Nájera Ceacero, D. Ramón López Pozas, antiguo párroco, y por el secretario del Obispo, D. Juan Pedro Moya.
Estuvieron presentes, asimismo, las autoridades locales, representantes de las cofradías y grupos parroquiales, Adoración Nocturna y Cáritas de las dos parroquias, cofradías de la Veracruz de las localidades de Iznatoraf, Baeza, Dos Hermanas (Sevilla) y el presidente de la Confraternidad de las Cofradias de la Veracruz, de Jerez de los Caballeros (Badajoz), que han sido invitadas para dar gracias a Dios por este aniversario y para estar presentes en el hermanamiento con la vecina cofradía de la Veracruz de Baeza; además, asistieron numerosos vecinos de nuestro pueblo, que allí congregados demostraron que la devoción al Santísimo Cristo de la Veracruz perdura, a pesar de las dificultades y contratiempos que a lo largo del tiempo van sucediendo.
Durante la celebración también participó con sus cantos el coro formado por integrantes de la mayoría de los de coros de la localidad, que se han unido para celebrar este aniversario y animar el canto del pueblo participante en la celebración.
Comenzó la Eucaristía, con una breve monición en la que D. Andrés agradecía a todos los asistentes su presencia allí, en especial a Don Amadeo, nuestro Pastor Diocesano, a las cofradías, alcalde y resto de representantes, realizándose a continuación el hermanamiento con la cofradía de la Veracruz de Baeza. Un acto precioso de hermandad para comenzar esta emotiva celebración.
En su homilía, el Obispo de Jaén, resaltó el acierto de celebrar la Santa Misa en la calle, porque según dijo, «es en la calle donde hemos de estar los cristianos»; felicitó a nuestras parroquias por las actividades realizadas con motivo de este año de Misión, haciendo hincapié en la necesidad de continuar siendo misioneros.
Nos indicó que la salida del Santísimo Cristo a la calle significa «la salida de Dios hacia nosotros», y haciendo referencia al Santo Padre San Juan Pablo II, continuo diciendo que «es Dios quien nos llama, nos atrae y nos busca, dándonos Jesucristo su bendición desde la Cruz, que es lo que da sentido a nuestra vida y a la salvación».
Encuadrando su predicación en el día que celebrábamos, día de la Ascensión de Jesucristo, animó a preguntarnos, «quiénes somos nosotros para Jesús nos dé su vida y esté siempre con nosotros, porque», afirmó, «la fiesta de la Ascensión nos recuerda que Jesús se ha ido pero permanece con nosotros vivo y actuando constantemente …y por eso hoy estamos aquí en este homenaje».
Continuó diciendo que «todos tenemos la responsabilidad de ser verdaderos discípulos de Jesús, misioneros de lo que recibimos. Estar reunidos en esta celebración es una llamada a ser testigos de Jesucristo, que se muestra a nosotros en la Cruz, corazón de la fe y de donde mana el amor de Cristo. Contemplar la cruz cada día cambia nuestra vida, la cruz es un abrazo que nos renueva y nos ofrece el perdón permanentemente. En este perdón, según palabras del Papa Francisco, nos dice, encontraremos la paz y la alegría».
Don Amadeo, finalizó su homilía invitándonos a seguir contemplando la cruz cada día, allí donde nos encontremos.
Concluida la Eucaristía y una vez que se cantó el himno, como es tradicional ,nuestro Obispo se despidió de los allí asistentes animándoles de nuevo, a todos y en especial a la Cofradía, en trabajar para que la devoción a la Cruz de Cristo siga manteniéndose a lo largo de los siglos y celebró que todo el pueblo, jóvenes y mayores conozcan el himno a nuestro patrón y lo canten al unísono con tanto fervor.
Eran casi las dos de la tarde cuando el Stmo. Cristo regresó a la Parroquia portado por todos los que así lo desearon. Una vez allí, los fabricanos de la Cofradía lo volvieron a colocar en su Camarín recién restaurado, donde podremos visitarlo cada día a lo largo de todo el año.
Posteriormente, como fin de los actos de estos días, se celebró una comida de hermandad.
Demos Gracias a Dios por estos días de convivencia en torno a una devoción que ha marcado la vida de Villacarrillo a lo largo de tantos siglos. Que el Cristo de la Veracruz y su Madre la Virgen Santísima nos guíen y nos protejan para poder de nuevo celebrar tan insignes acontecimientos.
Parroquia de la Asunción de Villacarrillo
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