“Casi a las cinco de la tarde del 11 de febrero de 1619, lunes de carnestolendas, y después de haber parado a mitad de camino para pernoctar en el convento de las descalzas de Sanlúcar la Mayor, la caravana enfiló la antigua calle Real de Villalba. La recepción de las religiosas, a las puertas del aún deshabitado monasterio, debió de ser memorable, saliendolas a recibir la mayor parte del pueblo, assí eclesiasticos, como seglares, con grandes muestras de alegría y regozijo. Y después de entrar en el que sería su nuevo hogar durante al menos cuatrocientos años, todo aquel lunes en la noche, y otro día, martes siguiente, fueron visitadas de todas las señoras del pueblo, hasta que dio por clausura el dicho convento y se cerraron las puertas dél, como es costumbre” (del libro de Godoy Domínguez, Pedro J.: El monasterio de San Juan Bautista de Villalba del Alcor (1619-1810).
Éste es un fragmento del relato de la llegada de las carmelitas al convento de Villalba del Alcor, fundado por el sacerdote García Giménez Franco y primer convento español de carmelitas calzadas recoletas, que cumple 400 años el próximo año 2019 y cuyos actos conmemorativos serán presentados hoy viernes, a las 20.00 horas, en la Iglesia del convento.
Se trata de una fecha muy señalada en nuestra diócesis, que tiene como epicentro la localidad condal y que coincide, además, con la celebración del cuarto centenario de la Hermandad del Carmen, por lo que la comunidad de monjas carmelitas, unidas a la comisión creada para los actos celebrativos, ha preparado un año entero de solemnidades y actividades conmemorativas (el Año del Centenario) que, junto a las del centenario de la hermandad, recordarán este tiempo de feliz convivencia en la que la impronta villalbera ha estado teñida por la alegría y la oración de las monjas.
Tal y como señala nuestro obispo, José Vilaplana, en su carta con tal motivo, “la mirada al pasado, desde aquel día en que el sacerdote villalbero García Jiménez Franco decidiera dotar una fundación carmelita en Villalba del Alcor; o de aquel otro de 1619 en que llegaran las primeras monjas; o de aquellos otros en que sus monjas salieron a fundar en Cañete la Real, o a fundar y reforzar comunidades en Gran Canaria, en Kenia, en Santo Domingo, etc…; la mirada al pasado, digo, se convierte en una gratitud inmensa a quien origina todo esto: el Señor que ha querido reunir a sus esposas en este cenobio a lo largo de cuatrocientos años. ¡Cuántas hermanas han hecho y hacen verdad en este lugar y en esta vocación su camino de santidad! ¡Cuántas gracias se han derramado y se derraman a través de las manos alzadas”.
El periodo jubilar quedará inaugurado el próximo 2 de febrero, coincidiendo con el día de la Vida Consagrada.