Carta del Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba
Durante los días de esta próximo semana (18 al 25 enero) cada año dedicamos unos días a orar por la unidad de los cristianos, a reflexionar sobre este tema y a dar pasos eficaces en el camino hacia la unidad plena.
El lema de este año “Nos mostraron una humanidad poco común” se refiere a un episodio de la comunidad cristiana, en el que Pablo va camino de Roma con sus acompañantes, naufragaron y fueron a parar a la isla de Malta, donde fueron acogidos por los cristianos del lugar con una amabilidad y una humanidad poco común. El camino hacia Roma se vio alterado por las condiciones del naufragio, pero fue ocasión para experimentar el amor de los hermanos que los acogieron. Cómo se agradece eso. En circunstancias normales no aflora quizá esa caridad y esa humanidad, que en circunstancias especiales brota del corazón humano.
Nos evoca este camino hacia Roma por parte de Pablo, que ha apelado al emperador cuando era condenado a muerte en su tierra de origen, el camino que tantas personas recorren para llegar a la plena comunión con el sucesor de Pedro, el Papa de Roma. No es un camino fácil, en él se encuentran dificultades, tropiezos, contratiempos, que no tienen que servir para hundir al hermano, sino que son ocasión para salir a su encuentro y hacerle más fácil el camino. Cuando esas dificultades se presentan y uno encuentra a los hermanos que le echan una mano, se agradece grandemente.
El lema evoca también a tantos cientos y miles de personas que atraviesan el mediterráneo u otros lugares del planeta en busca de una situación mejor. Son millones de hombres y mujeres los que hacen esa travesía desde su país de origen hasta un horizonte mejor, que a veces encuentra turbulencias, naufragios, dificultades inesperadas. A algunos –demasiados- les cuesta la misma vida. Encontrar una mano hermana que te socorre es algo que se agradece enormemente.
La semana de oración por la unidad de los cristianos nos hace caer en la cuenta de que Jesús ha fundado una sola Iglesia, y que a lo largo de la historia esa única Iglesia se ha sentido zarandeada por las divisiones internas de sus hijos. El camino hacia la unidad es un camino difícil, por eso hemos de pedirle a Dios que nos conceda esa unidad deseada por Cristo y por todos sus discípulos hoy. Y ese camino hacia la unidad, referido a personas concretas, supone un camino arduo para tantos que buscan sinceramente la verdad en la Iglesia de Cristo.
Recordemos a san Juan Newman, recientemente canonizado. Él fue un hombre en búsqueda sincera de la verdad y la encontró cuando encontró la Iglesia católica romana. Para él no fue fácil, como no es fácil para muchos hermanos nuestros que siguen buscando hoy el verdadero rostro de la Iglesia del Señor. Si en este camino hacia la unidad, todos y cada uno de esos hermanos encuentra una mano amiga que le sostiene, se encuentra con comunidades de hermanos que acogen, el camino se hace más fácil, la unidad se hace más cercana.
Oremos en esta semana especialmente por la unidad de los cristianos. Entre nosotros ya conviven hermanos ortodoxos de distintos patriarcados orientales, protestantes de distintas confesiones cristianas. Que encuentren en nosotros una mano amiga, hermana. Que encuentren en nosotros una humanidad poco común, la que hemos aprendido de nuestro Maestro común, nuestro Señor Jesucristo, y la de tantos hermanos que nos han precedido allanando el camino hacia la unidad plena.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández
Obispo de Córdoba