Con la Eucaristía e imposición de la ceniza, mañana miércoles, da comienzo el nuevo tiempo litúrgico. En la Catedral, tendrá lugar a las 20:30 horas, presidida por nuestro arzobispo.
Con la imposición mañana miércoles de la ceniza sobre nuestras frentes y cabezas, la Iglesia comienza el tiempo de Cuaresma. Un tiempo de 40 días antes del tiempo de la Pasión, muerte y Resurrección del Señor, para ayudarnos a la conversión del corazón, a través de la oración, la limosna, y el ayuno y la abstinencia de comer carne el miércoles de ceniza y los viernes de Cuaresma, así como el Viernes Santo.
En comunión con la Iglesia Universal, las parroquias, iglesias y templos de la Archidiócesis de Granada acogerán mañana miércoles la celebración eucarística e imposición de la ceniza, para iniciar el nuevo tiempo litúrgico de Cuaresma.
En concreto, en la Catedral la Eucaristía tendrá lugar a las 20:30 horas, presidida por nuestro arzobispo D. Javier Martínez, con la participación de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, así como fieles en general. Posteriormente a la Santa Misa, la Real Federación de Hermandades y Cofradías entregará en la sacristía del templo catedralicio, en presencia de nuestro arzobispo D. Javier, el Pergamino con el nombramiento oficial del Pregonero de la Semana Santa 2018, que este año recae en el periodista Ramón Burgos. Su Pregón oficial tendrá lugar el día 18, I Domingo de Cuaresma, en el Teatro Isabel La Católica, a las 12 horas.
MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
Por otra parte, y con el deseo de ayudar a los cristianos a prepararse espiritualmente y a vivir con gozo y verdad este tiempo de gracia que es la Cuaresma, el Santo Padre ha publicado su Mensaje de Cuaresma. Con el título «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24, 12), advierte de los falsos profetas, que, “como ‘encantadores de serpientes’, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren”.
Frente a ello y frente al corazón frío que apaga la caridad, haciéndose indiferente y egoísta de las necesidades de la otra persona, el Papa también recuerda “el dulce remedio”: “Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno”.
El Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma de este año está disponible en la web diocesana y en la web de la Santa Sede.
