La Catedral ha acogido este lunes, 12 de febrero, una eucaristía por el eterno descanso del Padre Luis María Mendizábal, fundador de las religiosas de la Fraternidad y director nacional del Apostolado de la Oración durante 25 años.
Mons. Demetrio Fernández ha ofrecido hoy lunes en el templo principal de la Diócesis una eucaristía por el eterno descanso del Padre Luis María Mendizábal, S.J., fallecido el pasado 18 de enero, en Alcalá de Henares. Una persona que destacó siempre por su don especial para la dirección espiritual, alguien a quien el Obispo definió como “el Padre espiritual de numerosos sacerdotes, religiosos/as y fieles laicos” al comienzo de su homilía.
Fundador de las religiosas de la Fraternidad y director nacional del Apostolado de la Oración durante 25 años, el Padre Mendizábal ha formado parte de la vida del Obispo, quien pudo compartir mucho con él. “Quiero que mis palabras se conviertan en una humilde aportación de quien también lo ha tenido como Padre espiritual en tantos momentos de mi vida. Momentos cruciales en los que su palabra ha sido para mí como el cayado del Buen Pastor, “tu vara y tu cayado me sosiegan” (S 22)”, afirmó. Al hilo de esto, Mons. Demetrio Fernández aprovechó la celebración para elogiar la vida de este maestro, a quien lo calificó también como un “gigante de la santidad” dada su profunda vida espiritual. “El P. Mendizábal centraba su predicación en Jesucristo, introduciéndonos a todos en el misterio de su Corazón. A quien mejor he oído hablar de esta síntesis de la vida cristiana, la devoción y el culto al Sagrado Corazón de Jesús, ha sido a él”, expresó.
Aspectos biográficos
En cuanto a su vida, el P. Mendizábal ha sido durante varias décadas profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, fue teólogo consultor para los trabajos del Concilio Vaticano II y de su época de profesor es el clásico libro “Dirección espiritual”, libro de referencia para quien entra en este delicado terreno y en el que el P. Mendizábal ofrece las pautas para un buen discernimiento ignaciano. Posteriormente, ha sido en España director nacional del Apostolado de la Oración, renovando e impulsando esta devoción popular. En todos sus trabajos, el Corazón de Cristo ocupa el centro, presentándolo como un imán que atrae hacia sí todos los corazones. Profesor de hondura teológica, sus temas giran en torno al misterio de Cristo, al misterio de la Redención. De ahí que el Obispo manifestará también que se trata de una de esas personalidades que han llenado la segunda mitad del siglo XX en España en el campo eclesial y sobre todo en el campo de la espiritualidad. “Si tuviera que elegir una virtud entre el racimo de todas las virtudes que van enracimadas e inseparables unas de otras, señalaría la virtud de la obediencia, cuyo fundamento es la humildad”, aseguró el prelado.
Fama de santidad
Igualmente, el P. Mendizábal ha tenido fama de santidad durante toda su vida. La afirmación de Pablo VI “Las gentes de nuestro tiempo prefieren un santo a un maestro”, se ha cumplido plenamente en él, y a medida que han pasado los años, esta fama de santidad ha crecido. “Muchos sacerdotes, sobre todo jóvenes, han acudido a su dirección espiritual. Muchos jóvenes han acudido a su sabio discernimiento vocacional. Muchos matrimonios lo han tenido como maestro de su hogar. Muchos laicos de toda condición han acudido a confesarse con él o a recibir sus consejos, porque lo tenían por santo. El confesonario de la Iglesia de los Jesuitas en Toledo es testigo de ello. Sus hijas de la Fraternidad Reparadora son las que más han recibido en la etapa más madura de la vida de este santo jesuita. Ahí están los frutos”, indicó Don Demetrio, quien concluyó recordando a todos que nuestra meta es la santidad.