Son muchas las ocasiones en las que últimamente se habla de primera evangelización y son numerosas también las iniciativas que en torno a ella están surgiendo en la Iglesia.
El pasado día 2 de febrero, con motivo de la Fiesta de la Candelaria, la parroquia de La Inmaculada de Mengíbar celebró una de estas actividades. Por segundo año consecutivo, invitaron a todos los niños bautizados durante los últimos cinco años. Con esto pretendían acercarse a sus padres y abuelos y darles algunas claves para que ayuden a sus hijos en el despertar religioso.
La Eucaristía comenzó con la tradicional bendición de las Candelas en la plaza de la Libertad. A continuación, los fieles pasaron al templo para celebrar la Eucaristía, en la que participaron los dos coros de la parroquia, el coro de jóvenes y el coro de adultos. Los monaguillos pusieron también su nota de solemnidad a la celebración.
D. Raúl Contreras, párroco y Vicario de Culto, Espiritualidad y Vocaciones, tuvo palabras para reconocer la labor educativa que padres y abuelos realizan. Les insistió, sobre todo, en la importancia de cuidar de que los niños crezcan no solo sanos y fuertes por fuera, sino también por dentro. Como el anciano Simeón, les invitó a realizar esta tarea «con la mirada puesta en Jesús, luz del mundo».
Al finalizar la celebración, D. Raúl les entregó a cada familia una carta y un regalo. En la carta, el párroco les daba algunas orientaciones para el despertar religioso, según cada edad y desarrollo. Les entregó, asimismo, un regalo también por edades: una cruz, una medalla de la Inmaculada, un niño Jesús, una Biblia, un libro de oraciones.
La tarde concluyó en un precioso ambiente de convivencia en la plaza con un aperitivo junto a la lumbre de la Candelaria