El pasado día 2 de febrero, con motivo de la Jornada mundial de la Vida consagrada tuvo lugar en la Catedral de la Encarnación el tradicional encuentro de las personas de vida consagrada (órdenes y congregaciones de religiosos y religiosas, sociedades de vida apostólica e institutos seculares, y asociaciones de consagración de vida) con el Obispo diocesano.
Con este motivo Mons. González Montes presidió la Eucaristía en la Catedral, y concelebraron con él el Vicario episcopal para la Vida consagrada, D. Emiliano Abad Berjón, párroco de El Parador, y algunos de los sacerdotes religiosos de las comunidades de Jesuitas y Dominicos de la capital. Los religiosos y las numerosas religiosas que estuvieron presentes tomaron parte en la procesión de las luminarias en la fiesta de la Candelaria y, terminada la homilía de la Misa, renovaron sus votos de pobreza, castidad y obediencia, contenido de los consejos evangélicos de quienes se proponen seguir a Jesús por el camino del amor radical a Dios y el servicio entregado al prójimo, en particular a los más necesitados.
El Obispo en la homilía exhortó a todos cuantos llevan vida de consagración a imitar la entrega sacrificial de Jesús, presentado en el templo por sus padres. Les recordó los objetivos de esta Jornada instituida por san Juan Pablo II: alabar a Dios y darle gracias por la vida consagrada; hacer posible un mejor conocimiento del contenido y estilo de vida consagrada en la Iglesia y la sociedad; y ahondar en el descubrimiento de la belleza de la vida de consagración por amor a Dios y servicio de los hombres.
Ofrecemos la homilía del Obispo en esta Jornada coincidente con la tradicional Fiesta de la Candelaria