‘La corrupción una conducta antisocial, la propuesta cristiana’ ha sido el tema central del Encuentro de Pensamiento Cristiano que se celebró el ayer jueves en el Arzobispado de Sevilla, presidido por monseñor Juan José Asenjo. Esta decimotercera edición ha contado con la ponencia del monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, quien impartió una conferencia “brillante y profunda”, en palabras de monseñor Asenjo, sobre los orígenes y causas de la corrupción. Monseñor Martínez Camino señaló algunas soluciones ante esta lacra desde la ética cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia. Moderó el acto Enrique Belloso, delegado diocesano de Apostolado Seglar.
El Encuentro giró en torno a la afirmación del papa Francisco sobre la corrupción, que “es la mundanidad espiritual, la tibieza, la hipocresía, la indiferencia, el triunfalismo, el hacer prevalecer solo el espíritu del mundo sobre nuestras vidas”. El Papa subraya que la corrupción “amenaza los pilares de la sociedad, y que nadie está ajeno a ella”, indicando que “tenemos una necesidad urgente de que se tome conciencia del problema, para derrotar esta lacra que es una blasfemia, un cáncer que destruye nuestras vidas”, ya que la corrupción “revela una conducta antisocial lo suficientemente fuerte como para disolver la validez de las relaciones y luego, más tarde, los pilares que sustentan una sociedad: la coexistencia entre personas y la vocación a desarrollarla”.
Mons. Martínez Camino definió la corrupción en su intervención como “la utilización de funciones y medios no para sus fines propios sino para provecho de sus gestores”, subrayando que la corrupción “no es un fenómeno de nuestros días, se ha dado en todos los tiempos, pero hoy la globalización y las nuevas tecnologías han abierto amplias vías de información”.
Respecto a la corrupción como sistema de pecado, monseñor Juan Antonio Martínez Camino indicó que no puede ser perdonada porque tras la actitud corrupta hay un cansancio de la trascendencia. El corrupto se considera suficiente y se cansa de pedir perdón”. Respecto a la propuesta cristiana argumentó que la solución pasa por mostrar la grandeza de la santidad.
Recordó las palabras de San Agustín, “quita la justicia al Estado y será una banda de ladrones”, ya que muchos políticos, indicó Martínez Camino, “confunden la voluntad de la mayoría con el bien, siendo el paso siguiente confundir sus propios intereses con la política”. La corrupción en el entorno económico, político y social, se transforma en un nuevo tipo de colonización.
Muchas fueron las intervenciones de los presentes desde la diferencia entre pecado y corrupción, hasta la actitud de la Iglesia ante la corrupción: ejemplaridad y denuncia. Una respuesta con perspectiva de los católicos ante casos de corrupción debe estar, subrayó Martínez Camino, en el campo de la educación católica, porque esta “es un acto público que bien empleado puede ser la palanca para cambiar el mundo”, así como, de la familia y de la política.
El Encuentro concluyó con las palabras del arzobispo de Sevilla, animando a los presentes a actuar contra la corrupción en todos los ámbitos, subrayando la importancia de la educación católica y la familia como espacios propios para inculcar una nueva cultura libre de corrupción. Por otro lado, manifestó que ante la Ley 8/2017, ‘para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y de sus familiares’, le surgen muchos interrogantes y le preocupa que no se alcance el fin de buscar la igualdad y el respeto de todas las personas. Pidiendo a todos que leyeran y dieran a conocer la nota de los Obispos del Sur de mediados de enero sobre este tema.
La sesión contó con la participación de numerosos representantes de la vida económica, cultural, social, académica, los medios de comunicación e instituciones eclesiales de Sevilla. Estos encuentros son organizados por la Delegación diocesana de Apostolado Seglar, con el objetivo de reflexionar sobre temas centrales del cristianismo con gran incidencia en la vida social, presentando el pensamiento cristiano como una nueva oportunidad para evangelizar.