Como cada año, el Obispo de Jaén ha recibido a sus majestades, los Reyes Magos de Oriente, en la Catedral de Jaén. Centenares de niños, acompañados por sus familiares, esperaban con ilusión para poder ver de cerca a quienes, hace más de dos mil años, se postraron ante el Salvador de mundo.
Melchor, Gaspar y Baltasar asomaron por la puerta principal del Templo. Era entonces cuando los más pequeños, deseosos de conocerles, tiraban de la mano de sus padres y abuelos para que los acercaran a verlos. Después de una breve conversación con Don Amadeo, accedieron a la Catedral, acompañados de una multitud enfervorecida que seguía los pasos de los tres Reyes. La escolanía de la Catedral acompañó musicalmente uno de los momentos más emotivos del año, en medio de gran multitud de niños.
Don Amadeo preguntó a los niños qué estaban haciendo los Reyes Magos, quienes respondieron que estaban adorando al Niño Jesús y los regalos que le traían desde Oriente. Don Amadeo agradeció a los Reyes que cada año visitasen la Catedral para encontrarse con Jesús y con los más pequeños. Posteriormente se dirigió a éstos para decirles que sus majestades le habían comentado que los niños de Jaén eran los más buenos del mundo, alabando además las virtudes que tienen, como la generosidad. Nuevamente se dirigió a los Reyes, expresando su deseo de que traten igual a todos los niños del mundo. Tras volver a darles la bienvenida a los Reyes, tomó la palabra el alcalde de la capital, D. Javier Márquez.
Arrodillados frente al altar mayor, poco después era Don Amadeo quien acercaba al Niño Jesús a los Reyes, para que besaran al Salvador del mundo. Era entonces cuando los niños admiraban esta escena llena de amor y cariño.
Por último, llegaba el momento de repartir dulces entre la escolanía y tomarse fotos con los niños y niñas de la capital. Finalmente, los Reyes Magos se dirigieron a las puertas del ayuntamiento, donde recibieron uno por uno a los pequeños.