El padre Germán Arana, jesuita especializado en la dirección espiritual y en la formación de sacerdotes, ha impartido esta mañana una charla al clero diocesano. Arana les ha hablado de la importancia de la fidelidad vocacional y del acompañamiento espiritual como “instrumento muy valioso para contrastar el propio vigor vocacional y la propia vida ministerial donde el sacerdote se convierte de maestro en discípulo”. El jesuita les ha explicado también que el acompañamiento espiritual puede ayudar al sacerdote a ser más fiel al Señor y “a ejercer mejor su ministerio. Por tanto, es un proceso de enorme importancia y responsabilidad para el mismo sacerdote”.
Especialista en ejercicios espirituales ignacianos, asegura que estos son necesarios en la vida de cualquier cristiano, sacerdote, consagrado o laico: “Una cosa tan sumamente eficaz tiene un secreto muy simple: juntar el corazón del hombre a la fuerza de Dios de un modo inmediato, y de ese abrazo surge un hombre nuevo. ¡Qué tesoro! San Ignacio de Loyola le dijo a un sacerdote que había sido profesor suyo de Teología, el padre Miona: en esta vida no puedo pensar una cosa mejor para ayudarte a configurar con el Señor que hacer los ejercicios espirituales”.