La Visita Pastoral a Archidona-Campillos ha concluido en Almargen a mediados de julio. Se clausuran cinco meses en los que el Obispo ha compartido aún más de cerca la fe con las parroquias de la zona.
Los pueblos del arciprestazgo de Archidona-Campillos han recibido estos meses la visita del Obispo. Don Jesús Catalá ha recorrido el camino que lleva hasta los pueblos de esta zona del interior para realizar su visita pastoral, que tiene como objetivo acercarse a las comunidades cristianas para celebrar junto a ellas la fe, anunciarles el Evangelio, ayudarles con su presencia a experimentar más de cerca su pertenencia a la Diócesis y a la Iglesia universal y compartir la realidad parroquial de cada pueblo, con sus proyectos y dificultades. Para fieles y sacerdotes, ha sido un momento de gracia. «¡Bendita visita que ha servido para consolidar los lazos de fraternidad y comunión en el arciprestazgo!» afirma el arcipreste, Francisco Sánchez.
El 19 de febrero daba comienzo la visita del obispo de Málaga, Don Jesús Catalá, a las parroquias del arciprestazgo Archidona-Campillos. En sus palabras de acogida en Villanueva del Trabuco, el sacerdote Antonio Ramos agradecía al Obispo su visita, «que fortalecerá nuestra fe con la fe de los apóstoles. Parta y comparta con nosotros las alegrías, los gozos, las esperanzas que nos da el Pan de la Eucaristía. Que la liturgia nos empuje a amar a los pobres, a estar cercanos y comprometidos con el mundo actual, a defender a la infancia, la juventud, la familia, a los marginados y marginales, a los enfermos, a los ancianos, que viven solos y a todos aquellos que están necesitados de una palabra y un gesto de amor, de perdón y de esperanza».
El arciprestazgo comprende los municipios de Sierra de Yeguas, Villanueva de Algaidas, del Trabuco, del Rosario, de Tapia y de Cauche, Mollina, Fuente de Piedra, Almargen, Alameda, Salinas, Archidona, Cuevas Bajas, Cuevas de San Marcos, Alfarnate, Alfarnatejo, Teba, Campillos y Humilladero. Fue en 2003 cuando estos pueblos recibieron la anterior visita de su Pastor, entonces Don Antonio Dorado, y para que la Visita Pastoral fuera un éxito se han preparado durante meses: en lo externo, mediante reuniones organizativas y en lo interno, con la oración y las catequesis que han sido impartidas tanto a niños como a adultos. «Ha superado todas las expectativas que teníamos -cuenta el arcipreste-. Con el pueblo se ha mostrado como un pastor bueno, cercano, preocupado por todos y con los sacerdotes, como un hermano y compañero». En sus propias palabras, los primeros frutos ya se están notando. «La cercanía del Obispo ha acrecentado la fraternidad sacerdotal y ha hecho crecer el fervor en las comunidades, animando a los laicos a colaborar activamente en las parroquias y a evangelizar sus ambientes».
Cerca del pueblo y de los sacerdotes
«¡Cómo ha tratado a mi madre!» contaba a su párroco una feligresa tras la visita del Obispo a los enfermos en uno de los municipios de Archidona-Campillos. Y es que para los habitantes de la zona ha sido un regalo sentir cercano a su pastor. De él han recibido ánimo y agradecimiento. En sus distintos encuentros les ha impulsado a vivir la fe a pesar de la dificultad del momento presente; a que la catequesis esté enmarcada en el Año Litúrgico; a respetar el orden de los sacramentos de la Iniciación Cristiana; a que la catequesis esté impregnada de la oración; a formarse para poder servir a los distintos ministerios eclesiales y todo para poder dar razones de nuestra fe y nuestra esperanza en el mundo actual.
Los sacerdotes recibieron el anuncio de la visita ya empezado el curso pastoral, y aunque al principio les asaltó el temor propio de celebrar algo tan importante por primera vez, luego el sentimiento se trocó en agradecimiento. «Ha roto nuestros esquemas y ha sido un momento de gracia, una ocasión preciosa de sentirnos más cerca unos de otros, más cerca de nuestras comunidades y aún más parte de la Iglesia diocesana» afirma el arcipreste. «Reunirnos para preparar la visita, trabajar juntos en su desarrollo, ha servido para que un arciprestazgo como este, que se ha renovado recientemente, se haya consolidado y se hayan fortalecido los lazos de amistad sacerdotal».
Los momentos más emotivos
Es difícil escoger sólo alguno de los muchos momentos vividos en esta visita pastoral, por la intensidad con que se ha desarrollado. La acogida, el rezo en el cementerio, la visita a los enfermos, la asamblea parroquial o la Misa estacional en cada parroquia han sido hitos de este camino de cinco meses, lleno de encuentros y celebraciones. Pero en la búsqueda de momentos que resuman la fe de los pueblos del arciprestazgo de Archidona-Campillos, resulta inevitable recordar las dos medallas “Pro Ecclesia Malacitana” que Don Jesús Catalá ha entregado. Una de ellas, el 11 de marzo, en Cuevas de San Marcos, a “Anita del Sastre”, Ana Moscoso Luque, catequista durante 40 años, ayuda insustituible a los párrocos del pueblo y entregada a la oración y al servicio parroquial. El 2 de julio, fue el turno de las Siervas del Evangelio, comunidad religiosa que trabaja en esta parroquia desde hace sesenta años, promoviendo la formación en la catequesis y la liturgia, a través del coro y el ornato de la parroquia. En ambos casos, el reconocimiento pilló de sorpresa a sus destinatarias, viviéndose momentos de gran emotividad.
Otra peculiaridad de esta visita ha sido el que el Obispo se acercara al Ayuntamiento de Campillos, el 29 de junio, donde gobierna Izquierda Unida. Allí fue recibido por el alcalde, Francisco Guerrero, y la corporación municipal, a quienes agradeció su contribución para rehabilitar el templo parroquial, de estilo barroco y único monumento del pueblo. Tras compartir unos momentos en el Salón de Plenos, Don Jesús firmó en el libro de honor.
Ana María Medina
