El domingo Festividad de la Virgen del Carmen en el Monasterio de las Madres Carmelitas

El próximo domingo, 16 de julio, la Iglesia diocesana celebra la Festividad de la Virgen del Carmen, con la exposición del Santísimo Sacramento a las 18:30 horas, el rezo del Rosario, a las 19:30 horas y la celebración de la Eucaristía a las 20 horas en el Monasterio de las Madres Carmelitas. En esta jornada se podrá ganar también la indulgencia plenaria que corresponde al Jubileo anual del Santo Escapulario.

El Monasterio de la Encarnación de las Madres Carmelitas de la antigua observancia acogerá el próximo domingo, 16 de julio, las celebraciones con motivo de la Festividad de la Virgen del Carmen, la “Gran Madre” del Carmelo. Las conmemoraciones comenzarán por la mañana, a las 11 horas, donde tendrá lugar la Eucaristía Solemne de los “Caballeros de la Gran Madre”, y por la tarde el Santísimo Sacramento será expuesto a las 18:30 horas, seguido del rezo del Rosario a las 19:30 horas y de la celebración de la Misa Solemne a las 20 horas, a cuyo término se dará la bendición papal, y se procederá al Besaescapulario de la Virgen del Carmen.

JUBILEO DEL SANTO ESCAPULARIO
Como cada año, en la Solemnidad de la Festividad de la Virgen del Carmen aquellas personas que tengan impuesto en el Carmelo el Escapulario de la Virgen podrán ganar la indulgencia plenaria cumpliendo con los siguientes preceptos: visitar algún Carmelo ya sea de frailes o de monjas, confesarse y recibir la Comunión, y rezar un Padrenuestro, Ave María, Gloria y Credo por las intenciones del Papa Francisco.

El escapulario carmelita es una prenda situada en la parte central del hábito originario del siglo XIII, una época de fuertes desafíos para la Orden en la que el Superior General, el fraile inglés San Simón Stock, suplicó con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen que en 1251, acompañada de una multitud de ángeles, se apareció a San Simón con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: «Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno»; es decir, quien muera con él, se salvará”.

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