Cáritas Diocesana de Huelva está atendiendo a los afectados en el incendio que se produjo en la mañana de ayer en las inmediaciones del cementerio de Lepe. En total, se han visto afectadas alrededor de 180 chabolas y un total de 150 personas.
Durante las horas posteriores al incendio, técnicos de Cáritas Diocesana de Huelva y voluntarios de Cáritas Parroquial de Lepe se desplazaron al asentamiento para atender a las personas damnificadas y poder ofrecer una primera ayuda de emergencia.
Durante la mañana de hoy, Cáritas Diocesana de Huelva ha facilitado a las 150 personas afectadas ropa, zapatos, mantas y productos de primera necesidad, a fin de ayudar a estas personas en un momento tan duro.
El incendio se produjo por la mañana, por lo que afortunadamente no hay que lamentar víctimas porque la mayor parte de las personas que viven en ese asentamiento estaban trabajando en ese momento. Es lastimoso que la campaña de la fresa no esté preparada para asumir el alojamiento de los miles de temporeros que año tras año se desplazan a los municipios freseros de Huelva a la búsqueda de un puesto de trabajo, viéndose obligados a vivir en condiciones infrahumanas.
Desde 2015 se han producido 8 incendios de diversa consideración en los asentamientos chabolistas de Huelva.
Esta situación no es nueva porque en los últimos años son numerosos los incendios que se producen en los asentamientos chabolistas de la provincia. Ante esta situación, ¿qué pide Cáritas Diocesana de Huelva?
• Que cada una de las administraciones afronte su parte de responsabilidad en esta realidad así como una mayor implicación de las administraciones competentes para buscar una solución real a este problema.
• La creación de una mesa intersectorial en la que la administración, los sindicatos, la patronal, las organizaciones sociales y los propios afectados busquen y aporten todo lo posible en la solución de este problema humanitario.
• La puesta en marcha de una red de recursos en todas las zonas agrícolas que permitan a los trabajadores temporeros no verse obligados a vivir en asentamientos que no disponen de ningún tipo de servicios.
• Que estos servicios se vean ampliados con aquellos otros que complementen las necesidades de atención social, de salud, educación de las personas que se desplazan a la provincia a trabajar (desde duchas hasta ampliación en la dotación sanitaria).
• La puesta en marcha programas de ayuda y mediación al alquiler de viviendas que ofrezcan una alternativa a las chabolas.
• Y ante todo, y como sociedad, no nos debemos acostumbrar a que hechos tan lamentables y que inciden directamente en la vulneración de derechos humanos queden en el olvido en unas ocasiones o en la ‘trivialización’ de la pobreza en otros.