Oración de D. Francisco Espigares, Vicario General de la Archidiócesis, junto a los hermanos de la Cofradía de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Amargura, en su paso por la Plaza de las Pasiegas durante su estación de penitencia el Lunes Santo, 10 de abril.
Señor del Huerto de los Olivos, acompañado por tu Madre, la Virgen de la Amargura: Tú, antes de entregar la vida por nosotros, oras a tu Padre; antes de elegir a tus discípulos, echaste toda la noche en oración; antes de hacer los milagros, invocabas al Cielo; antes de resucitar a Lázaro, oraste a tu Padre; y ahora, antes de redimir el mundo, de nuevo, te encomiendas a Él. Necesitas su fuerza, la fuerza que viene de la comunión con el Padre en el Espíritu Santo.
Y de esta forma, en nosotros, nos enseñas a poner nuestra vida siempre en la oración, a aprender a orar siempre, sin desfallecer, pesa sobre Ti adelantadamente el peso de la Redención del mundo, y al Padre le dices: “No se haga lo que yo quiero, sino lo que Tú quieres”, pones en práctica la oración que le enseñaste a tus discípulos: Cuando oréis, decid: Padre Nuestro, Hágase tu voluntad, en la Tierra como en el Cielo. Tu voluntad, no la mía. Y de esta forma, te encomiendas al Padre, e inicias la Redención del mundo.
Enséñanos, Señor, a orar siempre, sin desfallecer, en todos los momentos de la vida, especialmente en los más importantes, encomendarnos al poder de lo alto, recibir los sonidos del Cielo y experimentar que estando apoyados en Ti, todo cambia, todo es nuevo, porque nuestra fuerza viene directamente de tu amor.
Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén
D. Francisco Espigares
Vicario General de la Archidiócesis