El imán del Consejo Islámico de Centroáfrica, Oumar Kobine Layama, asistió como un fiel más, y en su condición de musulmán, a la Eucaristía celebrada el jueves 9 en la Basílica Nuestra Señora de las Angustias, concelebrada por el cardenal arzobispo de Bangui, Mons. Didounné Nzapalainga y nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez.
Mons. Nzapalainga y el imán Kobine Layama, ambos amigos y ganadores del Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2016 que conceden los misioneros combonianos, han estado durante dos días en nuestra Diócesis de Granada, para contar su experiencia de amistad y de trabajo por la paz y el diálogo interreligioso en uno de los países más pobres y víctima de violencias, robos y golpes de estado, a merced de los señores de la guerra.
En la Basílica de las Angustias, Mons. Martínez y Mons. Nzapalainga concelebraron la Santa Misa junto a sacerdotes combonianos, familia religiosa que otorga el Premio, y los sacerdotes de la parroquia sede de la Patrona. El imán estuvo junto al altar, acompañado por fieles de la parroquia y participó con atención y respeto en la celebración.
En la homilía, Mons. Nzapalainga se dirigió al pueblo de Dios –con la ayuda de un traductor, el padre Jesús Ruiz, misionero comboniano en República Centroafricana- y habló sobre el diálogo interreligioso, invitando a los fieles a acercarse al otro, al que es diferente, y no temer la distinción de credo.
Con la Eucaristía en la Basílica de las Angustias concluyó la visita de dos días del cardenal arzobispo de Bangui y su amigo el imán, que les llevó también a conocer templos tan importantes de nuestra Diócesis como la Capilla Real y la Catedral. En Granada, junto a nuestro arzobispo, ambos participaron en la mesa redonda organizada en el Centro Cultural Nuevo Inicio del Arzobispado con el lema “Cristianismo-Islam: diálogo bajo un mismo techo” y en la oración interreligiosa para rezar por la paz y el diálogo entre todos los seres humanos que respete la dignidad de hijos de Dios.
Mons. Javier Martínez acompañó en todo momento al cardenal arzobispo y al imán, compartiendo con ellos, además de los actos programados, tiempo de conversaciones en un clima de fraternidad y amistad mutuos.
Paqui Pallarés