El 2 de febrero, la iglesia celebra la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, conocida popularmente como fiesta de la Candelaria, y el día de la vida consagrada.
Cuando cae esta fiesta entre semana y en día laborable, se traslada bien al domingo anterior o bien al siguiente. Por eso, en la diócesis de Guadix se ha celebrado, como acto central, con la solemne Eucaristía presidida por el vicario general, José Francisco Serrano, y concelebrada por Emilio José Fernández, delegado episcopal de vida consagrada y visitador de monasterios. También concelebró Manuel Millán, deán de la catedral accitana.
La celebración eucarística tuvo lugar el domingo 5 de febrero, en la Misa de 12:30 horas, en la catedral de Guadix. Asistieron numerosos consagrados y consagradas de la diócesis, que llegaron de las distintas comunidades y lugares en los que viven su vocación y desempeñan su misión.
Después de la homilía, los consagrados y consagradas, sosteniendo en sus manos simbólicamente una candela encendida, oraron comunitariamente en acción de gracias por el don de sus vocaciones, en los diferentes carismas y en las diferentes misiones, como renovación de los votos de castidad, de pobreza y de obediencia que un día hicieran.
El vicario general subrayó la importancia de que sigan siendo luz que con sus oraciones y trabajos contribuyan incansablemente con la construcción del Reino de Dios en nuestra pequeña diócesis en la que siguen siendo muy necesarios, por lo que insistió en la oración constante por las vocaciones.
Emilio J. Fernández