Éxito del teatro musical de la parroquia de San Juan Bautista de Vélez-Málaga.
La Sala Mª Cristina acogió el 13 de enero la representación del musical “Jesús sigue gritando”, sobre la figura del Obispo de los Sagrarios abandonados. La obra representa la vida de San Manuel González, obispo de Málaga desde 1916 hasta 1931. La idea de este musical brota de la iniciativa de un grupo de miembros de la parroquia de San Juan Bautista de Vélez-Málaga, “una comunidad muy dinámica y muy activa” en palabras de Mª Antonia Moreno, superiora de la comunidad de Misioneras Eucarísticas de Nazaret que organizó la representación. Entre otras actividades, la parroquia cuenta con «un grupo de coro y teatro que, desde hace 9 años, estrena una obra cada mes de octubre. Este año, con motivo de la canonización de San Manuel González, se decidió hacer honor a su historia y a su espiritualidad», como explica su párroco, Francisco Sánchez.
Teatro y evangelización
El grupo se compone de varios matrimonios, jóvenes, catequistas, miembros de las hermandades y cofradías, etc., que acude regularmente a la iglesia. Como subraya Sánchez, «no es teatro profesional sino que son personas de la comunidad que sirven y dinamizan los grupos y están presentes en la vida comunitaria». Este grupo está compuesto por unas 60 ó 70 personas y trata de llevar a la comunidad el mensaje de santos y figuras religiosas de Málaga. «Yo elijo a los actores según veo cómo pueden adaptarse a sus personajes, y ellos sienten cada papel que hacen –afirma el párroco–. En esta obra sintieron la emoción y el espíritu de sus papeles y así lo transmitieron al público».
Cuando se les ocurrió la idea de la obra, contactaron con las Misioneras Eucarísticas de Nazaret (Nazarenas), congregación fundada por el santo obispo, quienes acogieron el acto con mucha ilusión y emoción. Su superiora afirma que esta obra musical «puede ayudar muchísimo a conocer la figura de San Manuel. El montaje recoge, por un lado, la biografía de Manuel González y, por otro, las canciones que el grupo Brotes de Olivo compuso en el 50 aniversario de su muerte y que también narran la vida del Santo. Estos cantos están perfectamente integrados en la representación de manera que la gente capta perfectamente cuál es el mensaje y la vida de Manuel González».
La representación, según María Antonia, «fue un acto emotivo, en el que hasta los propios actores sintieron una gran emoción en su actuación. Fue gratificante».
Elena Contreras