Cristina Harras (Málaga, 1971) es la nueva directora general de la Fundación Victoria. Durante sus diecisiete años en los colegios diocesanos, ha desarrollado su tarea como jefa de estudios y delegada de Pastoral en Secundaria y Bachillerato.
«Todas las leyes educativas han tenido el mismo defecto, la ausencia de un pacto de estado por la educación»
¿Desde cuándo forma parte de la familia de la Fundación Victoria?
Empecé a trabajar en la Fundación en 1999, en el Colegio Santa Rosa de Lima y durante algunos años he compartido mi jornada en Cardenal Herrera Oria y San José Obrero.
¿Cómo ha vivido el nombramiento?
Al principio, lo recibí con el vértigo y el miedo a asumir tal responsabilidad, pero también con el agradecimiento a Monseñor Jesús Catalá y a D. José Antonio Sánchez, por su confianza. Hoy, una vez procesado, lo vivo con la ilusión de un nuevo proyecto y la confianza de saber que no estoy sola.
¿Cuáles van a ser sus funciones y cuáles sus prioridades?
La función principal es coordinar el equipo formado por los directores de departamento y los directores de colegios y escuelas, de forma que sigamos creciendo como Fundación Victoria, con la misión, visión y valores a los que se refiere el Sr. Obispo cuando nos habla de formar generaciones futuras desde nuestra responsabilidad educativa y nuestro ideario cristiano.
La Fundación Victoria ha desarrollado un Plan Estratégico. ¿Cómo se va a notar en el día a día?
El Plan Estratégico es el resultado de un análisis profundo de nuestro funcionamiento interno y de nuestro entorno, a partir del cual se elabora el Plan de Acción, con un Proyecto Educativo que favorece una gestión más eficaz. Todo esto va a revertir en una mayor calidad de nuestros colegios.
¿Cómo se vive en la Fundación Victoria la apuesta por la innovación educativa?
La Fundación ha hecho una apuesta fuerte en la formación del profesorado, para favorecer una implantación gradual de una metodología innovadora, que forma parte del proyecto educativo.
¿Se va a ver afectada la Fundación por la aplicación de la LOMCE en este curso?
Cualquier cambio en una Ley Orgánica implica cambios que nos afectan a todos. Sin duda la LOMCE tiene aspectos negativos (quizás lo peor haya sido lo precipitado de su aprobación y la forma en la que se ha implantado) y esto genera desconcierto y preocupación en las familias, alumnos y profesores. Todas las leyes educativas han aparecido para suplir las carencias de las anteriores y dar respuestas a las necesidades que van surgiendo, pero todas han tenido el mismo defecto, la ausencia de un pacto de Estado por la educación. En esta ocasión como en anteriores, los maestros y profesores, y en el caso de la Fundación con un equipo docente que conozco y en el que destaca una clara vocación por la enseñanza, seguro, sabrán potenciar los aspectos positivos de la LOMCE, que también los tiene, y minimizar los negativos, que son ahora los más evidentes.
Ana María Medina
