“Estamos llamados a ‘salir de casa’, a tener los ojos y el corazón abiertos a los demás. Nuestra renovación personal y social pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre projimidad, que se hace compasión, que no es simple lástima, sino padecer con el otro, que nos lleva a involucrarnos, para servir, en la vida de los demás”. Así se expresaba Bernardo Álvarez citando al Papa en el transcurso de la homilía de la Misa “principal” del día de Candelaria, en la jornada de la Asunción de la Virgen.
En una repleta basílica se encontraba Pedro Galán García, Teniente General Jefe del Mando de Canarias, en representación del Rey. Igualmente, participó en la eucaristía el Presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el Delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, la Alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito y el Presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, entre otras autoridades.
La Misa se celebró después de la ofrenda atlética, la procesión cívica, así como la recepción del representante del Rey.
El obispo, Bernardo Álvarez, indicó que ésta es “una fiesta que nos invita a renovar nuestra fe en Dios y, como María, adherirnos a su voluntad”. En la Virgen “contemplamos nuestro destino, lo que Dios quiere hacer con nosotros”.
En otro momento, Álvarez señaló la importancia de la peregrinación como un signo peculiar del Año Santo que estamos viviendo. Peregrinamos- dijo- para dejarnos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometemos a ser misericordiosos con los demás, como el Padre lo es con nosotros”.
Citando al papa Francisco invitó a “abrir nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantas hermanas y hermanos privados de la dignidad y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio”. El prelado puso a María en su visita a Isabel como ejemplo a seguir para “preocuparse y ocuparse” de las necesidades ajenas.
La devoción a la Virgen María pasa por imitar sus virtudes – aseveró – para finalizar
subrayando parte de una homilía del papa Francisco pronunciada en el santuario de la patrona de Cuba: “Como María, queremos ser una iglesia que sepa acompañar todas las situaciones “embarazosas” de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad, no apartándonos o yendo a lo nuestro, sino caminando con nuestros hermanos, todos juntos. Todos juntos sirviendo, ayudando”- concluyó.
