Cáritas atendió en 2015 a 81.484 personas en toda la Diócesis. El perfil que más se repite es el de mujer, casada, de entre 25 y 49 años, con menores a su cargo, parada y con estudios primarios.
Un año más Cáritas Diócesis de Cartagena presenta su Memoria Anual del ejercicio 2015. Un documento que refleja la intensa labor realizada por esta institución, en su opción por los más pobres, que el pasado año atendió a 81.484 personas en situación de pobreza y exclusión social en la Región de Murcia, a través de las 151 Cáritas Parroquiales y los 16 Centros de Acción Especializada. El 22% de las personas atendidas el año pasado en las Cáritas Parroquiales acudían por primera vez y un 42%, también lo hacía por vez primera a los Programas Especializados.
La opción por las personas más vulnerables está en el centro de cada uno de los datos que se recogen en la Memoria 2015 presentada ayer en la sede de Servicios Generales, donde se señala que durante el último ejercicio Cáritas Diocesana invirtió un total de 7.451.602,15 euros (un 6,20% más que en 2014) en los distintos proyectos y servicios de ayuda.
En cuanto al perfil de las personas que el pasado año se acercaron a Cáritas en demanda de ayuda, se siguen equiparando los ciudadanos españoles (48 %) e inmigrantes (52 %), con un predominio claro de mujeres (62 %) frente al 38 % de hombres. De esto se extrae que los participantes que acuden directamente a Cáritas son principalmente mujeres casadas (de entre 25 y 49 años) con menores a su cargo, paradas y con estudios primarios.
El acompañamiento y el desarrollo integral de las personas en situación de vulnerabilidad ha sido el eje central de la acción de esta institución. Un trabajo que ha sido posible gracias a la participación desinteresada de cerca de 2.000 voluntarios y de los 197 agentes contratados. “Creemos en las potencialidades de las personas y con nuestra labor tratamos de descubrir, a los que sufren la pobreza y la exclusión, nuevos caminos de ser y actuar, potenciando su autonomía, convirtiéndolos en la piedra angular de sus vidas y en motores que provoquen su propio cambio social y el del entorno en el que se mueven”, ha explicado José Saura, director Diocesano.
Socios, donantes y administración pública
El informe de actividad confirma la tendencia de años precedentes en lo que se refiere al apoyo recibido por parte de los donantes y colaboradores privados como de la Administración pública. De los 7 millones y medio invertidos en 2015, el 58% procede de aportaciones privadas (donantes, empresas e instituciones legados y herencias) y el 42% de fondos públicos (Administración local, Autonómica, Central y Fondos Europeos).
Cáritas Diocesana y el empleo
Cáritas, como institución de la Iglesia, está muy comprometida con el empleo, por eso apuesta fuertemente por la defensa y promoción del derecho al trabajo de todas las personas, especialmente de las más desfavorecidas. La formación para el empleo, con un marcado carácter integral, es el principal instrumento para mejorar las competencias personales y profesionales.
En 2015, 847 personas participaron en itinerarios personalizados de inserción laboral, de los cuales, y gracias al programa de Empleo Diocesano, 281 personas han accedido a un empleo durante 2016 y 260 han mejorado su formación a través de las 20 acciones formativas desarrolladas.
Para llevar a cabo este programa Cáritas ha contado con 79 voluntarios y se han invertido 474.144,39 euros.
“Detrás de cada número hay personas con rostro”
José Saura, aprovechó la cita informativa para poner sobre la mesa que detrás de cada número y cada estadística presentada en esta Memoria 2015 “hay historias reales de personas con vidas “complicadas o rotas”, a las que tratamos de acercarnos, saliendo a su encuentro a través de nuestra red de acogida, a través de las Cáritas Parroquiales de la Diócesis de Cartagena y en los Programas de Acción Especializada, prestándoles ayudas urgentes de primera necesidad, pero fundamentalmente, tratando de escucharles y generar procesos de acompañamiento integral para que puedan salir de esa situación de pobreza y exclusión, y vivir con toda la dignidad que en justicia se merecen todas las personas”.