La Delegación diocesana de Misiones ha enviado recientemente a seis personas a tierras de misión, quienes se suman a la veintena de misioneros pertenecientes a otras instituciones. Actualmente, todos ellos están trabajando en el Norte de África, Guinea, Ecuador, Perú, Paraguay y con los refugiados en la isla de Lesbos.
El pasado 20 de junio tuvo lugar una Eucaristía de envío, en la capilla del Perdón de la casa de Cursillos de Cristiandad, en la que Eduardo Martín Clemens, delegado diocesano de Misiones, les impuso el Crucifijo misionero.
Durante los meses de julio y agosto, la Delegación de Misiones traslada todas sus actividades a la propia tierra de misión, porque “in situ es donde la experiencia espiritual y el sentir misionero hierve en la tierra herida”.
Por otro lado, más de ochenta y cinco jóvenes han solicitado marchar como voluntarios a lugares de misión, marchando muchos de ellos en distintas épocas del año y amparados por las distintas congregaciones religiosas de los colegios en los que se han educado.
