Fin a una semana en torno a la pastoral familiar

Diócesis de Córdoba
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La diócesis de Córdoba comprende la provincia de Córdoba, en la comunidad autónoma de Andalucía y es sufragánea de la archidiócesis de Sevilla.

La Semana de la Familia ha concluido el viernes 15 con la ponencia de Antonio Prieto, Rector del Seminario Mayor “San Pelagio”, quien ha explicado el contenido del documento postsinodal Amoris Laetitia.

Durante cinco días, la Diócesis ha celebrado la Semana de la Familia en su vigésima primera edición, y en la que no sólo se han desarrollado diversas ponencias como en años anteriores, sino que además se han llevado a cabo encuentros por vicarías y una jornada de oración en todas las parroquias de la Diócesis.

El punto y final de esta semana ha sido la ponencia ofrecida en el salón de actos del Palacio Episcopal por Antonio Prieto, rector del Seminario Mayor “San Pelagio”, quien ha hecho una presentación del documento postsinodal. Se trata de uno de los mayores especialistas de nuestra diócesis en temas de Familia y miembro del equipo de la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis.

Ha comenzado su intervención titulando su ponencia como “El escudo de armas de la familia cristiana”. Al hilo de esto, ha continuado “diseñando” este escudo a través de cuatro perspectivas. Por un lado, ha explicado a la familia como comunión de personas: “la familia es una comunión de personas porque es el amor incondicional”, ha asegurado. A su vez, y para entender este punto, ha invitado a los presentes a leer el capítulo 1 de “Amoris laetitia”, así como el capítulo 4 en el que el Papa habla de la caridad conyugal fiel e indisoluble. “Un amor débil cede a la cultura de lo provisional y un amor fuerte es para siempre”, ha indicado el ponente. Además, ha ampliado este punto afirmando que en el matrimonio conviene cuidar la alegría del amor, para lo que el Papa da seis consejos: actitud oblativa, vivir la alegría también en el dolor, usar diariamente tres palabras –permiso, gracias y perdón-, saber escuchar, saber hablar y saber renunciar.

En segundo lugar, se ha centrado en la familia como santuario de la vida. Para ello, ha hecho alusión a “Familiaris Consortio”, que el Papa cita con frecuencia en su exhortación, recordando que “un niño siempre es un regalo de Dios y nunca un error; por lo que la familia no puede caer en una vida antinatalista”. Y ha continuado haciendo referencia al capítulo 4 de la exhortación donde el Papa recuerda que Dios mismo creó la sexualidad que expresa el amor y es fuente de fecundidad y de creación.

En tercer lugar, ha hablado de la familia como iglesia doméstica, explicando que “la Iglesia, tal y como dice el Papa, es familia de familia”, es decir, “es el lugar donde se nos enseña a ser cristianos y donde debe permanecer unido el vínculo familia-escuela-parroquia”. A su vez, recordando las palabras del Santo Padre, ha aclamado que “la familia que reza unida, permanece unida”.

Y finalmente, para concluir, ha explicado la familia como célula fundamental de la sociedad, asegurando que “sin la familia la sociedad se descompone porque ésta es el ámbito de la socialización primaria”.
Con esta ponencia y ante un salón casi repleto de asistentes, ha concluido toda una semana en torno a la pastoral familiar.

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