La Catedral de Sevilla acoge la mañana del Martes Santo la Misa Crismal, a la que asiste todo el clero diocesano y en la que se consagran los tres oleos que se utilizan en la liturgia durante todo el año: el oleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el santo crisma.
En opinion de Luis Rueda, delegado diocesano de Liturgia, se trata de «una celebración algo desconocida, si bien es de las más bonitas, particularmente hermosa». En declaraciones al semanario diocesano Iglesia en Sevilla, Rueda aclara que esta misa era en su origen para bautizar y se celebraba la mañana del Jueves Santo. «Con el paso de los años, y para facilitar la asistencia masiva del clero, se trasladó su celebración a otro día de la Semana Santa, en nuestro caso al Martes Santo», añade.
Entre la Parroquia del Sagrario y la Nave del Crucero de la Catedral
El clero se dará cita en la Parroquia del Sagrario a las once de la mañana. Allí tendrá lugar una celebración comunitaria de la penitencia. Posteriormente irán en procesión a la Catedral, en cuya Nave del Crucero tendrá lugar la misa que presidirá el Arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo. Está previsto que comience alrededor de las doce del mediodía.
Durante el pontificado de Pablo VI esta misa adquirió un carácter sacerdotal que antes no tenía, y los presbíteros renuevan sus promesas sacerdotales ante el Arzobispo. Los oleos que son bendecidos en esta misa son los que se llevan a todas las parroquias de la Archidiócesis, con lo que se visibiliza la vinculación de los sacramentos no solo con una parroquia y un sacerdote sino con la diócesis y el obispo.