Celebración solemne de la Eucaristía con motivo de esta fiesta.
En la mañana del viernes 11 de marzo tuvo lugar la celebración solemne de la Eucaristía en la iglesia parroquial de Pitres, con motivo de la Fiesta del Cristo de la Expiración.
La Eucaristía fue presidida por D. Enmanuel Vega Rodríguez, párroco de Cádiar, acompañado de D. Enrique Ferrer, párroco de Pitres, el sacerdote D. Víctor Manuel Valero Mesa y de los diáconos, D. Fernando Rodríguez Fernández y D. Alberto Sedano Rodríguez.
Las lecturas han sido leídas por personas del pueblo y el Salmo ha sido cantado por la solista Ana Rodríguez, miembro del coro de Santa Cecilia de la Catedral de Granada.
D. Enmanuel, después de presentarse, comenzó su homilía diciendo cómo es hermoso y es un orgullo que un pueblo celebre esta fiesta dedicada a Jesús Crucificado, que entregó su vida por nuestros pecados. A continuación, explicó que Nicodemo amaba a Jesús en secreto y lo veía a escondidas por las noches, por temor; y que nosotros tenemos que ser valientes en confesar nuestra fe sin temores y con valentía con nuestro ejemplo en nuestras vidas, que deben estar llenas de buenas obras. Terminó su homilía con estas palabras: «Mantengámonos firmes en Jesucristo, mantengámonos firmes en Jesús, sin miedo a que nuestra fe sea descubierta, sin miedo, a que, sobre todo, el amor que Dios nos tiene, que está deseando manifestarlo en nuestra vida, sea percibido por cada uno».
La iglesia estaba repleta de personas, que siguieron la celebración con suma devoción y amor a Jesucristo. Los cantos fueron interpretados por el coro de personas, mujeres mayormente, con voces muy timbradas y afinadas, que habitualmente lo hacen en todas las celebraciones de la parroquia. La misa terminó con una canción dedicada a Jesucristo Crucificado.
Tradicionalmente, esta Fiesta del Cristo de la Expiración se viene celebrando desde tiempos muy antiguos, siendo, junto con las fiestas del Patrón San Roque, de una profunda religiosidad enraizada en el corazón de todos las personas que han nacido en Pitres, hasta tal punto que siendo día laborable, se desplazan muchísimas personas, que viven fuera, para asistir tanto a la misa como a la procesión con la imagen del Crucificado, que se celebra por las calles del pueblo y es siempre multitudinaria y llena de un gran fervor y sentimientos religiosos intensos en todos los que participan en la misma.
Antonio Joaquín Mezcua Roelas